CABA | Con la presencia de Mons. Olivera se desarrolló el Encuentro de Pastoral de Familiar Castrense, el mismo se desarrolló en la Parroquia Luján Castrense en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) entre las 11 y las 18 horas. Mons. Santiago Olivera, quien había participado en la jornada anterior (17 de diciembre) de la celebración de ordenación Episcopal de Mons. Ángel Rossi (Arzobispo de la Arquidiócesis de Córdoba), se encontraba en el mediodía del sábado con los matrimonios que llegaron al encuentro.

Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron el Vicario General, Mons. Gustavo Acuña, el Canciller y Capellán Mayor de la Armada Argentina, Padre Francisco Rostom Maderna, el Capellán Mayor de Fuerza Aérea Argentina, Padre César Tauro, Capellán Mayor de GNA, Padre Jorge Massut, el Capellán Mayor de PNA, Padre Diego Tibaldo. También el Rector del Seminario Diocesano, Padre Daniel Díaz Ramos, el Rector de la Catedral Castrense, Stella Maris, Padre Diego Pereyra, el Párroco de Parroquia Luján Castrense, Mons. Alberto Pita, el Vicario de Pastoral Familiar Castrense, Padre Marcelo Mora, y los Capellanes, Padre Ricardo González, Padre Sebastián Soto, Padre Sergio Danielis, participaron Seminaristas Castrenses y familias castrenses.

El Obispo Castrense de Argentina, en primer lugar, agradeció a los presentes el haber llegado, a quienes les transmitió una serie detalles a la hora de avanzar con el trabajo a desempeñar en el encuentro. A ellos, Mons. Santiago les compartía, “el desafío es, como matrimonios castrenses de esta peculiar Diócesis y para quienes estamos justamente para servirlos, por tener una particular manera de vivir la fe y las problemáticas que esto implica en la familia, pensemos juntos, trabajemos, busquemos caminos para acompañar a las familias de nuestros hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad”.

Continuando, pidió el Obispo, “abordemos este desafío, pensando en toda la problemática que suponen traslados, desarraigo, situaciones familiares, aún también la dimensión de la entrega de la propia vida si fuera necesario por defender la Patria, por cuidar a nuestro pueblo a nuestra gente, por lo tanto, debemos ser creativos para responder como familia castrense a las nuevas realidades. Por otra parte, en esta cultura donde muchos de nuestros jóvenes están combatidos con respecto a la familia, a la valoración de ella, debemos ser testigos de la alegría, debemos ser familia de alegría, quienes comparten la vida para siempre, la certeza de transitar juntos la vida”.

Profundizando, Mons. Olivera, afirmó, “creo que éste es el desafío para los jóvenes de hoy, que tienen miedo a compromisos definitivos o estos son mentalmente tentados por las nuevas modas culturales donde la valoración de la familia no parece tanto y esto es lo que nosotros tenemos que trabajar y fortalecer. Avancemos valorando, además, que, como familia castrense, nosotros estamos en todo el país y por eso nos llena de alegría los que seamos, no importa que seamos uno, dos, tres, cuatro o cinco, lo importante es que estamos”.

Finalmente, Mons. Santiago, decía, “estemos seguros de que este encuentro, dará futo, los invitó, los animo, a que el año próximo sigamos, los convoco a ser creativos, a pensar en generar retiros, encuentros para compartir la vida juntos. A mí me dio mucha alegría como este puntapié inicial retomando la tarea pastoral y si Dios quiere algún día podemos pensar un congreso de familias castrenses, uniéndonos en todo el país, eso podemos pensar con ilusión para el futuro”.

Continuando con el desarrolló del encuentro y tras el almuerzo Vicario de Pastoral Familiar Castrense, el Padre Mora presentó la base del trabajo a desarrollar. De esta manera, cada uno de los asistentes, pudieron contemplar los puntos fundamentales a tener en cuente en este camino Sinodal Diocesano.

Entre los detalles compartidos, el Padre Mora, planteaba el hacer memoria sobre cómo el Espíritu ha guiado el camino de la Iglesia en la historia y nos llama hoy a ser juntos testigos del amor de Dios. Además, habló sobre experimentar modos participados de ejercitar la responsabilidad en el anuncio del Evangelio y en el compromiso por construir un mundo más hermoso y más habitable.

Seguidamente, los presentes se dividieron en grupos donde abordaron en el desarrollo del cuestionario planteado por nuestra Diócesis en el Camino Sinodal. En especial trabajaron en las respuestas la primera parte del mismo, el que se aboca a la “Mirada de la vida interna de la Iglesia”.

Allí, entre las consultas planteadas, abordaron sobre las características de nuestra Diócesis particular, compartiendo experiencias sobre las alegrías compartidas, dificultades, entre otras. Luego del trabajo individual, los grupos compartieron sus distintas conclusiones llegando a elaborar un consenso en general.-