CABA | Mons. Olivera recordó al Coronel (PM) Larrabure, señalando, sus palabras nos convocan al perdón a la reconciliación, al encuentro y a la paz, fue durante celebración de la Eucaristía, antes de concluir su Homilía. Sucedió en la noche del pasado domingo, cuando reunidos en la Capilla de la Casa Sacerdotal Castrense San Juan Pablo II, se dirigió a los presentes, entre quienes figuraban integrantes del CELTYV, diciendo, “antes de terminar la Homilía, la iluminación de la palabra de Dios señaló, en nombre de todos los que han sufrido, familias y demás, quisiera compartir con ustedes la palabra del Coronel (PM) Argentino del Valle Larrabure, que son tan edificantes, son nos convocan al perdón a la reconciliación, al encuentro y a la paz”.

Seguidamente, leía, apenas un fragmento del libro, Un canto a la Patria, escrito por Arturo C. Larrabure, quien dedica el volumen, “A mi padre, Cnl. Argentino del Valle Larrabure”, editado en Buenos Aires 2005. De aquel testimonio, Mons. Santiago Olivera hacía público:

El Diario del Cautiverio, diario que escribió mi padre durante su terrible cautiverio es el documento más doloroso que he leído en mi vida (se publicó en la revista Gente, año 12, N°: 612, 14-04-1977):

«A Dios, que con su sabiduría omnipotente has determinado este derrotero de mi calvario, a ti invoco permanentemente para que me des fuerzas.

«A mi muy amada esposa, para que sobrepongas tu abatido espíritu por la fe en Dios.

«A mis hijos, para que sepan perdonar.

«Al Ejército Argentino, para que fiel a su tradición mantenga enhiesto y orgulloso los colores patrios.

«Al pueblo argentino, dirigentes y dirigidos, para que la sangre inútilmente derramada los conmueva a la reflexión, para dilucidar y determinar con claridad que somos hombres capaces de modelar nuestro destino, sin amparo de ideas y formas de vida foráneas, totalmente ajenas a la formación del hombre argentino.

«A mi tierra argentina, ubérrima y acogedora, escenario infausto de luchas fratricidas (…), para que cobije mi cuerpo y me dé paz.

«Mi intención no es el insulto ni formular personalismos. Más bien, me impulsa a escribir este cautiverio que me sume en las sombras, pero que me inundó de luz. Mi palabra es breve, sencilla y humilde; se trata de perdón y que mi invocación alcance con su perdón a quienes están sumidos en las sombras de ideas exóticas, que alientan la destrucción para construir un ‘mundo feliz’ sobre las ruinas.[1]

Argentino del Valle Larrabure, fue secuestrado el 10 de agosto de 1974, en la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de Villa María, Córdoba, durante el gobierno democrático de la Presidente, María Estela Martínez de Perón. Permaneció 372 días privado de su libertad, fue en ese tiempo en que decidió escribir el testimonio que más tarde conocemos como “El Diario del Cautiverio”, fue hallado muerto en Rosario, Santa Fe en 1975.-

Coronel (PM) Argentino del Valle Larrabure.-

[1] Libro: Un canto a la Patria, de Arturo C. Larrabure, A mi padre, Cnl. Argentino del Valle Larrabure, Buenos Aires 2005. Página 225.