Inició la Novena a la Virgen de Luján, Patrona de Nuestra Diócesis Castrense de Argentina, desde este 29 de abril y  todos los días desde la 19:30 horas podrán seguir la transmisión vía facebook Live o bien la modalidad de Radio Digital en el Aire de Cadena Mediterránea. A las mismas se pueden acceder o bien directamente desde nuestra dirección en facebook o bien desde la página oficial de la Diócesis Castrense de Argentina, donde se encuentra en forma visible dos accesos directos.

Inicio de Novena a la Virgen de Luján,

Patrona de Nuestra Diócesis Castrense

 

La evangelización en nuestro continente estuvo marcada por un gran amor a la Madre de Dios, que siempre dio señales de su compañía y cuidado. Así, una imagen sencilla de su Limpia y Pura Concepción quiso quedarse en el río Luján en 1630. Su presencia silenciosa a través de la historia nos acerca el amor misericordioso de Dios, que quiso hacerse hombre para darnos su Vida.

Además de ser la Patrona de toda nuestra Patria, es la Patrona de nuestra Diócesis. El año pasado tuvimos la GRACIA de que estuviera de regreso una bella imagen suya, que estuvo durante la Guerra de Malvinas. Un signo más de su presencia maternal, especialmente en los momentos de mayor dolor, de mayor cercanía con sus hijos, cuando estos experimentan la incertidumbre de la muerte: ¡Cómo no invocarla en estos tiempos de incertidumbre y dolor! ¡Ella es nuestra Madre!

Por eso queremos rezar juntos, esta novena a nuestra Madre y Patrona, como miembros de esta GRAN FAMILIA CASTRENSE, en este año Mariano Nacional.

Por eso queremos rezar juntos, esta novena a nuestra Madre y Patrona, como miembros de esta GRAN FAMILIA CASTRENSE, en este año Mariano Nacional.

NOVENA

+ En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

PRIMER DÍA: “EN LA ESCUELA DE MARÍA, MUJER « EUCARÍSTICA »” (Eccl. De Eucar. 53)

PETICIÓN DEL DÍA: “Por los que se dedican a la investigación para obtener una vacuna” Oración preparatoria ¡Oh María! Tú estuviste acompañando a los discípulos en Pentecostés mientras recibían al Espíritu Santo. Acompaña a los profesionales que buscan una vacuna que remedie este mal, e intercede ante tu Hijo para que reciban los dones del Espíritu Santo.

Oración preparatoria ¡Oh María! Tú estuviste acompañando a los discípulos en Pentecostés mientras recibían al Espíritu Santo. Acompaña a los profesionales que buscan una vacuna que remedie este mal, e intercede ante tu Hijo para que reciban los dones del Espíritu Santo.

Lectura del día:                                                                                       Evangelio según San Juan 6,35-40.

Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed. Pero ya les he dicho: ustedes me han visto y sin embargo no creen. Todo lo que me da el Padre viene a mí, y al que venga a mí yo no lo rechazaré, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió. La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día».

Palabra del Señor

Le pedimos a nuestra Madre, la Virgen María, nos regale un corazón eucarístico.

Ofrecemos la Comunión Espiritual por la intención que rezamos este día:

A vuestros pies, ¡oh mi Jesús!,

me postro y os ofrezco

el arrepentimiento de mi corazón contrito,

que se hunde en la nada ante vuestra santísima

presencia.

Yo os adoro en el Sacramento de vuestro amor,

la inefable Eucaristía,

y deseo recibiros en la pobre morada

que os ofrece el alma mía.

Esperando la felicidad de la comunión sacramental,

yo quiero poseeros en espíritu.

Venid a mí, puesto que yo voy a Vos,

¡oh Jesús mío!,

y que vuestro amor inflame todo mi ser

en la vida y en la muerte.

Creo en Vos y espero en Vos.

Así sea.

(Cardenal Rafael Merry del Val)

 

ORACIÓN FINAL

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro ¡Oh Virgen, gloriosa y bendita! Amén.

+En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén