Mons. Olivera | Agradezco a Dios por el sacerdocio y la vocación de cada uno de ustedes y pido, también para mí, que Jesús nos siga moldeando a semejanza de su Corazón de pastor bueno, así lo compartía el Obispo Castrense de Argentina en la carta compartida en Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los Sacerdotes. El mensaje fechado este 24 de junio, luego de compartir un fragmento de las palabras del Santo Padre del mensaje de la 59° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, destacaba, “(…) cada uno de nosotros hemos vivido con profunda alegría cuando nos supimos mirados así por Dios, y llamados a ser sacerdotes. Qué bueno es volver, cada tanto a ese momento, y, a decir de san Pablo, reavivar el don que hemos recibido”.

Seguidamente, Mons. Santiago Olivera, les decía, “la propuesta que quiero hacerles es, precisamente esa, renovarnos en la alegría de ser sacerdotes, renovarnos en la gratitud de un Dios que nos miró con amor y nos llamó. No para nosotros mismos sino para los demás, en la Iglesia y con la confirmación y el envío del obispo, como así también, en un presbiterio de hermanos”. Completando, compartía, además, “quiero ser el primero en agradecer a Dios por el sacerdocio y la vocación de cada uno de ustedes y pido, también para mí, que Jesús manso y humilde de corazón, nos siga moldeando a semejanza de su Corazón de pastor bueno, agradecido y alegre”.

A continuación, compartimos en forma completa la carta de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina:

Obispado Castrense de Argentina

Jornada Mundial de Oración por la

Santificación de los Sacerdotes

Buenos Aires, 24 de junio de 2022

Prot.: 76/22

Querido hijo, hermano, amigo sacerdote:

Estamos viviendo, en el día del Sagrado Corazón, la Jornada de Santificación del Clero. Aprovecho la ocasión para dirigirles unas palabras:

Empiezo con unas palabras del Papa Francisco que hemos reflexionado hace poco:

“Esta es la dinámica de toda vocación: somos alcanzados por la mirada de Dios, que nos llama… De este modo nace la vocación, gracias al arte del divino Escultor que con sus “manos” nos hace salir de nosotros mismos, para que se proyecte en nosotros esa obra maestra que estamos llamados a ser.”[1]

Me parecieron muy oportunas sus palabras para lo que les quiero transmitir, cada uno de nosotros hemos vivido con profunda alegría cuando nos supimos mirados así por Dios, y llamados a ser sacerdotes. Qué bueno es volver, cada tanto a ese momento, y, a decir de san Pablo, reavivar el don que hemos recibido.

La propuesta que quiero hacerles es, precisamente esa, renovarnos en la alegría de ser sacerdotes, renovarnos en la gratitud de un Dios que nos miró con amor y nos llamó. No para nosotros mismos sino para los demás, en la Iglesia y con la confirmación y el envío del obispo, como así también, en un presbiterio de hermanos.

Quiero ser el primero en agradecer a Dios por el sacerdocio y la vocación de cada uno de ustedes y pido, también para mí, que Jesús manso y humilde de corazón, nos siga moldeando a semejanza de su Corazón de pastor bueno, agradecido y alegre.

Muchas gracias por tu Ministerio sacerdotal, por tu entrega, por tu alegría y tu fidelidad.

Te dejo un paternal y fraternal abrazo y bendición en el Corazón Sagrado de Jesús, el Buen Pastor, y su Madre, la Virgen Madre de todos, en la muy querida advocación de la Virgen de Luján, patrona nuestra.

+Mons. Santiago Olivera

Obispo Castrense de Argentina

---

[1] Mensaje para la 59° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.