Mons. Olivera | Brochero no solo es un Santo, es un prócer que se puso la Patria al hombro, es un ejemplo para todos, el mensaje fue vertido en la Misa de Acción de Gracias en la mañana de hoy en la Homilía brindada por el Obispo Castrense de Argentina. Hoy 16 de octubre de 2018, se cumplen dos años desde que Su Santidad Francisco en ciudad del Vaticano, en luego de celebrar la Santa Misa y presidir el Rito de Canonización, inscribía en el Libro de Todos los Santos a José Gabriel del Rosario Brochero.

Antes, había concluido la semana brocheriana en Roma, donde una delegación de peregrinos junto a nuestro Obispo, Mons. Santiago Olivera por aquel entonces, Obispo Diócesis de Cruz del Eje, Córdoba, protagonizaba la última etapa de la causa de Brochero rumbo a la Santificación. Por tal motivo, hoy a las 8 de la mañana, en la sede del Obispado Castrense de Argentina, en la Catedral Castrense, Stella Maris, Mons. Santiago Olivera oficiaba la misa de acción de gracias, rezó por nuestro Santo Patrono del Clero Argentino y pidió por su intersección la protección Dios por sobre nuestra tierra argentina.

Los recuerdos están aún frescos en todos aquellos que vivimos de cerca todo el proceso, como la brisa de la mañana primaveral que baja de las sierras cordobesas, aquella misma que hoy, ve correr lejos y por el mundo el galope seguro, conciso de Brochero, que con su mula Mala Cara, hoy cruzó el mar y está presente en América, Europa y la propia África. Pero hagamos un poco de historia, mientras en Roma los peregrinos se alistaban para ingresar al estado Vaticano e inmediatamente agruparse en la Plaza San Pedro, a la espera de la proclamación, aquí en nuestro país, la vigilia ocupaba un tiempo de milagros y bendiciones.

Es que, aquella noche fue interminable en la vieja Villa del Tránsito, hoy Villa Cura Brochero, el pueblo entero esperaba el pasar de las horas rumbo al alba de aquel 16 de octubre, mientras tanto el cielo se cubrió y tapaba el manto de estrellas. Un relámpago caía del cielo, venía desde las sierras, de aquellas Altas Cumbres que bien conocía Brochero, fue un incesante festejo de luces, el cielo nos ofrendaba en colores azules, negros y violeta el destello de esa transición de la noche al amanecer, la lluvia como regalo llegaba casi inmediatamente en aquella tierra árida, que sedienta de fe, absorbía la bendición sin dudas del inminente Santo.

Los peregrinos reunidos en la vieja Plaza Centenario, frente al actual Santuario de Brochero, en la explanada de la Iglesia, Nuestra Sra. del Tránsito (La Purísima como le decía Brochero) y Santo Cura Brochero, replegados avanzaban rumbo al Campo la Providencia. Allí, a orillas del Río Panaholma, con las sierras como marco que completa esa geografía única, uno a uno, los fieles esperaron, rezando, cantando aquel momento, cuando en la madrugada nuestra, plena mañana en el Vaticano, llegara el especial tiempo.

Mons. Olivera pondera siempre las cualidades y ejemplo de nuestro Santo, instándonos a trabajar como lo hacía él, siendo, “(…) un cura salidor que ama a todos hasta el extremo, que busca a los pobres, que rescata a los más pobres que son aquellos que no tienen a Dios, o los que lo conocen poco o desfigurado, para que se encuentren con el Señor a través de su hijo Jesús, a través de su Madre la Purísima que nos invita a seguirlo siempre y hacer lo que Jesús nos dice”.

Para nuestro Obispo, Brochero en su vida es, “un regalo, un privilegio, un don y un compromiso (…). Me siento verdaderamente hermano y amigo de Brochero desde siempre, pero los lazos de beatificación y canonización unieron nuestras vidas para siempre, en el afecto, en la admiración, en la devoción, en el cariño, en el compromiso de ser como él”.

Hoy temprano, el Obispo Diocesano Castrense de Argentina, volvía ratificar sus palabras brindadas en Roma, cuando en enero de este año, al presentar su Libro, “Cura Brochero: Pastor con olor a ovejas”  edición en italiano, señalaba, “no es sólo un santo, sino también es un prócer que se puso la Patria al hombro y es un ejemplo para todos”. Además, inspirado la gran capacidad como pastor de Brochero, Mons. Santiago Olivera nos pidió, “posemos nuestro empeño sobre los pobres también, teniendo particular atención por los que menos tienen, por los que tienen menos posibilidades, por los que no tienen trabajo y tienen hambre, también es una oportunidad para mirar con fraterna solidaridad a aquellos que más nos necesitan”.

Brochero es un referente, a él, nuestro Obispo pidió por nuestra Patria, para que también aprendamos de su ejemplo, de ser constructores donde nadie quiere invertir, de unir cualidades, de avanzar y crecer no solo en la fe, sino en nuestras vidas. Hoy su vida, sigue tan viva como presente, Brochero sigue avanzando, sigue cubriéndonos con su poncho serrano, abrigándonos el alma, cuidándonos, pero efectivamente, siempre alumbrándonos el camino, para avanzar en el camino de nuestra santidad.-