Mons. Olivera | La verdad tiene una fuerza esplendorosa, así se refería el Obispo Castrense de Argentina, al conocer el sobreseimiento de un integrante de las Fuerzas Armadas respecto de una causa investigada por lesa humanidad. El proceso, mantuvo durante 8 años en prisión preventiva al hombre, quien debió afrontar pacientemente el desarrollo investigativo hasta que se pudo constatar su inocencia.
Durante el avance de la causa, resultó vital el acompañamiento espiritual brindado por nuestra Diócesis, no solo al hombre sino también a su familia, en tal sentido, nuestro Obispo, quien tomo posesión de su cargo a finales de junio de 2017, celebró inclusive Santa Misa en la casa de la familia. Al saber de la resolución de la causa, desde Comodoro Rivadavia, Chubut, ayer, nos señaló, “es una fiesta que nos renueva en la certeza de la justicia, en la esperanza y en la fe que nos regaló también la gratitud a la familia que acompañó y contuvo”.
Refiriéndose especialmente a quien debió afrontar todo el suceso, Mons. Olivera nos dijo, “es un verdadero testimonio el de los hombres de armas, que supieron esperar pacientemente años sin haber sido culpables la resolución de justicia”. Agregando, “conocer esta determinación judicial, en la propia fiesta de San Juan Bautista, nos renueva en la certeza de este testigo que supo trabajar por la verdad y la justicia, aún derramando su propia sangre, su propia vida, como nos recuerda el mártir”.
Concluyendo, el Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera, sintetizó, “me llena de gozo y también me vuelve a centrar mi misión Pastoral. Reconfirmando además, la base de trabajar como nos pide el Señor y la Iglesia, por la verdad y por la justicia, siempre sabiendo que la verdad tiene una fuerza esplendorosa”.-
Buenas tardes Monseñor. Aquí en Junín de los Andes atendía llevando la Sagrada Comunión a 6 hombres de armas que padecían el arresto domiciliario. Se presentaron las pruebas que demostraron su inocencia, pero aún quedan 2 de ellos que no han sido sobreseídos. Quiera Dios puedan ser declarados inocentes. Me alegro por esta persona junto a Ud. Dios lo bendiga.
Atentamente, Diácono Fernando Gómez.