Mons. Olivera | Que San José, San Jan de Capistrano y Brochero, nos ayuden a transitar los caminos del Evangelio, sin dejarnos asustar por la exigencia que supone transitar los caminos de la fe, así lo manifestaba el Obispo Castrense de Argentina en la Homilía compartida en la celebración de la Santa Misa, en el inicio de las actividades del Seminario Castrense, San Juan de Capistrano y Santo Cura Brochero. Celebrada en la solemnidad de San José, en la Capilla San Lucas, del Seminario, en la noche del sábado 19 de marzo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron el Vicario General, Mons. Gustavo Acuña, el Vicario Judicial, Padre Daniel Cirrincione, el Canciller y Capellán Mayor de la Armada Argentina, Padre Francisco Rostom Maderna, el Capellán Mayor del Ejército Argentino, Padre Eduardo Castellanos, el Capellán Mayor de Fuerza Aérea Argentina, Padre César Tauro. También, el Capellán Mayor de GNA, Padre Jorge Massut, el Capellán Mayor de PNA, Padre Diego Tibaldo, el Capellán Mayor de la PSA, Padre Rubén Bonacina, el Rector del Seminario, Padre Daniel Díaz, el Vicerrector del Seminario, Padre Diego Pereyra, el Confesor Ordinario del Seminario, Mons. Alberto Pita, los Capellanes Castrenses, Padre Marcelo Mora, el Padre Ricardo González, el Padre Enrique Saguier Fonrouge, el Padre Roberto Beldi y el Padre Santiago García del Hoyo.

En el comienzo de la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera bendijo los cuadros que ilustran las imágenes de San Juan de Capistrano y de San José Gabriel del Rosario Brochero. En la Homilía, Mons. Santiago decía, “la experiencia de celebrar juntos nos ayuda a consolidar el sentido de pertenencia con el Obispo, siempre es caminar con la certeza de la comunión con Dios, con la Iglesia, es una alegría que podamos expresar juntos este signo de fraternidad y de colaboración común, en este servicio que el Señor nos pide de acompañar nuestra Diócesis Castrense”.

El Obispo, también compartía, “es una alegría también que podamos en este día de San José, dar inicio a las actividades del Seminario Castrense, me da mucho gozo que nuestros cuatro seminaristas continúan sus estudios en esta casa”. Agregando sobre los seminaristas, “(…) en nuestro Seminario profundizan una formación más específica, estamos haciendo camino para ayudarlos no solo a configurarse como Sacerdotes, futuros pastores, sino con este especial carisma, que supone ser como un agregado a la vocación sacerdotal, la vocación sacerdotal castrense”.

Mons. Olivera señalaba, además, “hemos escuchado en las lecturas que nos ilustran sobre la figura de José, podríamos decir, hay como tres protagonistas claros, Abraham, David y su descendencia, San José. Quiero referirme a Abraham nuestro padre en la fe, hemos escuchado al Apóstol Pablo que decía, <<Abraham creyó>>, que maravilloso es pensar que de cada uno nosotros, se pueda decir, que es un hombre que creyó, pues esto supone ajustar nuestra vida a aquello que creemos, y para ello, estamos llamados a encarnar aquello que creemos”.

En otro tramo, compartía, “no es casual que se ponga en este día la lectura de Pablo, hablando de nuestro padre en la fe, en relación con la descendencia, es José y en la cual nacerá Cristo, Abraham creyó, José creyó. No conocemos palabras en el Evangelio de San José, esta lectura que hemos escuchado podríamos sumarla a un rosario propio, la anunciación del Ángel a José”.

Añadiendo, “(…) el Ángel le anuncia, que tomará a María por esposa y le pondrá como nombre a su hijo Jesús, convirtiéndose en custodio de Jesús y de la Virgen. José se convierte en un hombre fundamental en esta familia sagrada que constituye para proteger, que maravilloso que podamos descubrir y contemplar la figura de José que hace, el hágase, sin palabras, con su vida”.

Mons. Santiago decía, “(…) debemos anunciar y predicar con nuestra vida el Evangelio, un deseo para los jóvenes que ingresaron al Seminario y renuevan en este día con generosidad esta disponibilidad como José, de plasmar en su vida, en pensamientos, aún en sentimientos la voluntad de Dios. Que el hágase se manifieste en las obras, el hágase nuestro, como el de José, como el de María, como el de Jesús, como el de los santos, sea un hágase que se renueva cada día”.

El Obispo también subrayaba, “Abraham creyó, San José creyó, San Gabriel del Rosario Brochero creyó y se dejó configurar de tal manera por Jesús que el pueblo supo descubrir en él, intuyó, olió en él, nosotros decimos que Brochero es un pastor con olor a ovejas, el pueblo intuyó que era un pastor con olor a Dios, un pastor configurado con Jesús. Para nosotros, sacerdotes castrenses, el Cura Brochero no solo es el pastor del clero de la Argentina, sino del clero nuestro, porque él si trabajó personalmente, artesanalmente, buscaba rancho por rancho a sus fieles que se les había encomendado para el encuentro con Jesús”.

Mons. Olivera, además señaló, “San Juan de Capistrano, (…) no escatimó ningún esfuerzo y anunció convencido a un Señor que tiene que instaurar y restaurar todo. San Juan de Capistrano, no tuvo miedo de entregar su vida aún en las batallas cotidianas y extraordinarias para cumplir su vocación sacerdotal (…)”.

En final de la Homilía, el Obispo señaló, “pedimos a San José, que nos ayude a todos los cristianos, a todos los bautizados a tener siempre esa relación con Dios para que deseemos siempre hacer la voluntad del Padre. Que San José, que San Jan de Capistrano y Brochero, nos ayuden a transitar los caminos del Evangelio, sin dejarnos asustar por la exigencia que supone transitar los caminos de la fe”.-