Papa Francisco | Caminen juntos en el camino de la fe, la esperanza y la caridad, de esta forma el Santo Padre se expresaba antes de recitar la oración mariana del Ángelus. Luego de haber celebrado la Eucaristía en su visita Pastoral a la ciudad de Camerino, Italia, Su Santidad se dirigió nuevamente a los presentes.

Allí declaraba, “hoy queremos recordar a los refugiados en particular, en el Día Mundial que las Naciones Unidas les dedican. Este aniversario invita a todos a la solidaridad con hombres, mujeres y niños que huyen de las guerras, la persecución y las violaciones de los derechos fundamentales”.

A nivel mundial el Pontífice hizo público su preocupación por las tensiones en Golfo Pérsico, a lo que pidió, “insto a todos a utilizar herramientas de diplomacia para resolver los complejos problemas de los conflictos en el Medio Oriente. También renuevo un sincero llamamiento a la comunidad internacional para que haga todo lo posible por fomentar el diálogo y la paz”.

Antes del final, el Santo Padre dijo, “queridos hermanos y hermanas, que caminen juntos en el camino de la fe, la esperanza y la caridad, fieles a los muchos testimonios de santidad con que se enriquece su tierra”.

A continuación compartimos con ustedes la interpretación del italiano al castellano del mensaje brindado por el Santo Padre Francisco:

Ayer, en Pozzomaggiore, en Cerdeña, se proclamó al Beato Edvige Carboni, una mujer sencilla de las personas que abrazaron la Cruz en su humilde vida cotidiana, dando testimonio de la fe y la caridad. Damos gracias por este fiel discípulo de Cristo, que pasó toda su vida al servicio de Dios y del prójimo. Un aplauso para el nuevo Beato, todos!

Hoy queremos recordar a los refugiados en particular, en el Día Mundial que las Naciones Unidas les dedican. Este aniversario invita a todos a la solidaridad con hombres, mujeres y niños que huyen de las guerras, la persecución y las violaciones de los derechos fundamentales. Que nuestras comunidades eclesiales y civiles estén cerca de ellas y atentas a sus necesidades y sufrimientos.

También estoy siguiendo con preocupación las crecientes tensiones en el Golfo Pérsico. Insto a todos a utilizar herramientas de diplomacia para resolver los complejos problemas de los conflictos en el Medio Oriente. También renuevo un sincero llamamiento a la comunidad internacional para que haga todo lo posible por fomentar el diálogo y la paz.

Al final de esta celebración, un cordial saludo a todos los presentes. Extiendo mi saludo con afecto a los enfermos, a los ancianos, a los presos ya todos aquellos que, a través de la radio y la televisión, se han unido espiritualmente a esta Santa Misa. Expreso mi más sincero agradecimiento a todas aquellas instituciones, organizaciones, asociaciones y personas que han trabajado en mi breve pero intensa visita, colaborando generosamente con la Arquidiócesis de Camerino-San Severino Marche. Me gustaría enviar un saludo especial y un estímulo a los habitantes de San Severino Marche, que saludarán a su ciudad desde arriba en helicóptero.

Queridos hermanos y hermanas, que caminen juntos en el camino de la fe, la esperanza y la caridad, fieles a los muchos testimonios de santidad con que se enriquece su tierra. Pienso, entre otros, en San Venanzio, San Severino, Sant’Ansovino, San Nicola da Tolentino, San Pacifico y Beata Battista Varano. También estoy pensando en las numerosas figuras de «santos de al lado» que no son beatificados ni canonizados, sino que han apoyado y argumentado y han transformado a las familias y comunidades con la fuerza de su vida cristiana.

Y ahora recitemos juntos la oración del Ángelus. Confío toda la comunidad diocesana a la Santísima Virgen, a quien veneras en numerosos santuarios y a quien invocas especialmente con el título de Santa María en la Via. Que ella, que animó a la primera comunidad de discípulos de Jesús con su presencia materna, también ayude hoy a la Iglesia a dar un buen testimonio del Evangelio.