Antártida | Ntra. Sra. de Luján en su peregrinación polar, visitó la Base Carlini, en la madrugada del jueves 16 de enero, el ARA Alte. Irízar recaló en la Bahía Guardia Nacional, Isla 25 de Mayo. A lo lejos se divisaban sobre la costa sur de la caleta Potter las instalaciones de la Base Carlini, nombrada así, el 5 de marzo de 2012 por Decreto 309/2012 del Poder Ejecutivo Nacional en honor al doctor Alejandro Ricardo Carlini.
Emplazada sobre una geografía única, conformada mayoritariamente por lomadas de mediana altura, las cuales no exceden los 60 metros sobre el nivel del mar. Destacándose entre ellas, los 210 metros con los que se levanta el cerro Tres Hermanos que lo coloca como un icono de aquel rincón antártico.
Mientras a bordo del rompehielos el personal del Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) afectado a las maniobras, esperaba el desembarco, mediante lanchas operativas. Entre la tripulación que desembarcó, se encontraba la Imagen Peregrina de la Paz, quien estaba acompañada por Capellán Castrense, Padre Luis Scrinzi con quién recorrió las dependencias.
En su arribo, la Madre fue recibida por el Jefe de la Base, Mayor Gustavo Sánchez, quien muy amablemente, brindó su afecto y cariño a Ntra. Sra. de Luján, la misma imagen que estuvo en 1982 en las Islas Malvinas, llegaba por primera vez a ese sector de la Antártida Argentina. Cabe recordar, que la historia de la base se inicia el 21 de noviembre de 1953, en aquel momento fue llamada Potter y luego Estación Aeronaval Caleta Potter para en 2012 se la nombró Base Carilini.
En la base, se realizan actividades científicas, quienes trabajan en el estudio permanente, quienes están acompañados por personal de las tres Fuerzas Armadas. Tras recorrer, los distintos laboratorios de la base, nuestra Madre fue trasladada hasta la Capilla de la Paz, San Pablo Apóstol, donde a las 17 horas de aquel día, el Capellán Castrense, Padre Scrinzi celebró Santa Misa.
Durante su mensaje brindado en la Homilía, el Padre Luis Scrinzi señaló, “(…) y como el leproso del Evangelio, el Señor quiere siempre curarnos de nuestras dolencias y flaquezas físicas, pero por sobre todo las espirituales. Así como en la primera lectura, la presencia del Arca de la Alianza hizo triunfar en la Batalla al Pueblo de Israel, la presencia de Nuestra Madre de Luján Malvinera quiere hacernos triunfar sobre nuestra tibieza y pereza por dar testimonio”.
Concluía la celebración Eucarística, el tiempo apremiaba para la tripulación en tierra, había que regresar al rompehielos que esperaba en la Bahía Guardia Nacional, nuevamente se debería abordar las lanchas. Nuestra Madre, ya instalada en la Ermita Itinerante, la cual le permite navegar por las heladas aguas de nuestra Antártida Argentina, sorteando los propios avatares de aquella porción de nuestra Patria, embarcando nuevamente en el ARA Alte. Irízar, el cual ya fijaba rumbo con destino a la Base Orcadas.-
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