CABA | Ellos viven en nuestros corazones, en el legado que nos dejaron con su ejemplo y en el corazón del Dios de Misericordia infinita, así lo manifestó el Capellán Castrense, Padre Ricardo Javier González en la Homilía compartida en la celebración Eucarística. El pasado 17 de enero, se cumplía un año del atentado perpetrado a la “Escuela de Oficiales de la Policía Nacional” de Colombia, donde a consecuencia del mismo, ofrendaron su vida 22 Cadetes de la Fuerza de Seguridad, entre los cuales perdía la vida una Cadete femenina (Becaria oriunda de Ecuador) y hubo 68 heridos.

Por su parte, el Sr. Presidente de Colombia, Iván Márquez, en homenaje a estos jóvenes Cadetes, los ascendió de forma póstuma al grado de Oficiales, “Subtenientes”, y proclamó que, cada día 17 de enero se conmemore, como día oficial del “Estudiante de las Escuelas de Formación de la Policía Nacional” de su país.  En tal sentido, como gesto de hermanad y condolencias, el Sr. Director Nacional de Gendarmería Nacional Argentina solicitaba, se celebre Santa Misa por el Eterno Descanso de las almas de los jóvenes caídos en acto de servicio.

Es por ello, que reunidos en la sede de la Fuerza Federal de Seguridad, Edificio Centinela, sito en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el Capellán Castrense, Padre González, celebró Santa Misa el miércoles 29 de enero. Asistieron, el Sr. Director General de Personal de la GNA, autoridades de la Fuerza, en representación del hermano país, estuvo presente, el Sr. Embajador de Colombia acreditado en Argentina, el Sr. Agregado de las Fuerzas de Seguridad colombiana, personal de la Embajada y Agregaduría.

Además se hicieron presentes, una delegación de Cadetes de la Escuela de Gendarmería Nacional, Gral. Martín Miguel de Güemes, junto al Sr. Director del mencionado Instituto. En su mensaje transmitido en la Homilía, el Padre Ricardo González señaló a los presentes, “frente al tremendo misterio, tan doloroso, más cuando se tratan de jóvenes, que en situación tan imprevista pierden su vida, el Cristiano sólo puede sostenerse contemplando la Cruz y en ella a Nuestro Señor Jesucristo”.

Continuando, nos decía, “observemos la cruz de nuestro Señor, que para el servidor de la Patria, para quien se prepara, o vive ya su Vocación de servicio a la seguridad y a la Paz de los hermanos, tiene ella un especial significado. La Cruz, en su madero vertical, que se eleva hacia el cielo, nos recuerda el ejemplo de los Santos, personas que vivieron y encarnaron el amor a Dios por sobre todas las cosas, pero también el amor al prójimo.

Por otra parte, el palo transversal de la Cruz, donde Cristo con sus brazos abiertos nos abraza a todos, nos recuerda a los Héroes, hombres y mujeres capaces de entregar, gastar y desgastar sus vidas por amor a sus hermanos”. Entonces, el Padre González, invitó a los presentes recordando palabras de San Pío de Pietrelcina, “a pensar todos los días en el cielo, vivir con los pies sobre la tierra, pero pensando en el cielo, en la felicidad, premio para el que hemos sido creados y que da sentido a la entrega suprema de vidas tan jóvenes”.

Avanzando, el Capellán Castrense declaraba, “conmemoramos y recordamos a los 22 Héroes de la Policía Nacional de Colombia porque para nosotros creyentes, ellos viven, viven en nuestros corazones, en el legado que nos dejaron con su ejemplo. Viven en el Corazón del Dios de Misericordia infinita, cuyas almas le encomendamos por intercesión de nuestra Madre y Patrona de Lujan”.

Finalizando la Homilía, el Padre Ricardo González, elegía una estrofa de la Canción del Amor Patrio, de Paul Verlaine, donde en su presentación decía, “este doble amor de la Cruz, el amor a Dios y el amor al prójimo, a la Patria, lo podemos interpretar como lo decía el poeta: <<Amar la Patria es el amor primero, y es el postrero amor después de Dios, y si es crucificado y verdadero ya son, un solo amor, ya no son dos>>. Amén”.-