Malvinas | Fue una experiencia que marcó profundamente mi vida para siempre, así lo expresa el Padre, Vicente Torrenes, ex Capellán en la Guerra de Malvinas en 1982. Fue en un vídeo mensaje, en donde mediante un relato pausado, el Padre Vicente, nos narra su testimonio, trayendo al presente, aquellos valores de los jóvenes de aquel tiempo, hoy Héroes argentinos.
Tal como relata el Padre Martínez Torrens, 15 fueron los Capellanes que viajaron a las Islas Malvinas en aquel conflicto para asistir espiritualmente a nuestros hermanos. En la actualidad, es el único con vida, además, el Padre Vicente, fue el protagonista en la historia y presencia de nuestra Madre, la Virgen de Luján, que acompañó y protegió a nuestros Soldados.
Esa imagen, que tras la finalización de la guerra fue trasladada a el Reino Unido, a la Catedral Castrense, regresaba en noviembre de 2019 gracias a las gestiones de nuestro, Mons. Santiago Olivera. El Padre, Martínez Torrens, viajó junto a Mons. Santiago a Roma, y de allí, al Vaticano, donde Ntra. Sra. de Luján iniciaba así su peregrinación a nuestro país, tras 37 años de estar fuera de nuestra Patria.
A continuación, compartimos la transcripción del vídeo mensaje compartido por el Padre, Vicente Martínez Torrens:
Hola muchachada, 39 años atrás, realicé una cuarentena de 74 días, en un pozo de zorro, sin ver a mi familia, en un clima adverso. Sin saber lo que es tener una sábana, una ducha, con una marmita que se llenaba de tanto en tanto, no obstante, fue una experiencia que marcó profundamente mi vida para siempre.
Esa vivencia estableció un ante y un después en mi existir, allá palpé lo que es la fraternidad, diferenciándola del simple compañerismo, yo con 42 años, conviví con 14000 jóvenes de entre 18 y 19 años. Reafirmé mi convicción, que en la sociedad hay hombres que son niños y niños que son hombres, porque no se trata de una cuestión cronológica, sino de asumir las responsabilidades.
Cordobeses, chaqueños, correntinos, porteños, norteños y sureños estábamos unidos bajo los pliegues de una misma bandera y el manto de la Virgen. He visto como un Soldado se desplazó 5 kilómetros con un compañero al hombro, para llevarlo al hospital a este herido, en medio de bombardeos de fuego cruzado de fusiles.
El herido, finalmente se salvó, y el Soldado que lo transportó, murió mientras regresaba a su pozo, ustedes no lo conocen, su nombre no interesó a la prensa amarillista, pero yo sí quiero que lo conozcan. Ese buen samaritano, era el Soldado, Horacio Adolfo Balvidares, pertenecía al Regimiento de Infantería VI, esa es la juventud que yo conocí en Malvinas, esa es la juventud que extraño y por la que rezo.
Ojalá, los jóvenes de hoy, que tienen la edad de aquellos, logren esa madurez y esa responsabilidad, para que el día de mañana, sus hijos, los bendigan y sean agradecidos. Y no que, amargados, decepcionados, les digan, <<viejo…, qué hiciste por mí…; esto es lo que me construiste>>.
Ayer la lucha fue con fusiles y contra un enemigo exterior, hoy luchemos sin fusiles, con la inteligencia, la capacitación y la fe, hacía adentro, por una vida digna desde su concepción y hasta que Dios mande, sin violencias, sin drogas, sin corrupción, sin racismo. Nadie es descartable, el hombre vale por ser persona, no se mide por centímetros cúbicos, ni por cómo piensan, las ideas pueden evolucionar y cambiar.
Les deseo lo mejor para sus vidas, los romanos decían, << Non scholae sed vitae discimus>> (aprendemos no para la escuela, sino para la vida). Se ha desahogado con ustedes, el Sacerdote Vicente Martínez Torrens, último con vida de los 14 Capellanes que acompañamos a nuestros Soldados en Malvinas. Los bendigo de corazón.-
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