Mons. Olivera | Que Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro nos ayude en este tiempo, frente a la pandemia a rezar y confiar en el plan de Dios, el título es apenas un resumen del vídeo mensaje compartido por el Obispo Castrense de Argentina. El mismo, fue difundido a través de las redes sociales del Obispado, en vísperas de la Solemnidad de quien es la Patrona de la Sanidad de nuestra Diócesis Castrense de Argentina.
Cada 27 de junio, la Iglesia celebra a María, en la fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, su imagen recuerda el cuidado de la Virgen por Jesús, desde su concepción hasta su muerte, y que hoy. sigue protegiendo a sus hijos que acuden a ella. Según cuenta la historia, la imagen original de la Virgen, es un icono, proviene de Creta, Grecia y fue trasladado por un mercader hasta Roma, Italia.
Inicialmente fue entronizada en la Iglesia de los Agustinos a finales del siglo XV y desde 1866, se encuentra en la Iglesia romana de San Alfonso. En esta nueva celebración, Mons. Santiago nos habla sobre la Virgen, sobre el significado de su imagen, saludando a todos nuestros hermanos de la Sanidad Castrense en el día de su Santa Patrona.
A continuación, compartimos la transcripción del vídeo mensaje de Mons. Santiago Olivera:
En este domingo decimotercero durante el año, nuestra Iglesia Castrense, nuestra Iglesia Diocesana recuerda a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de la Sanidad Castrense. No podemos dejar de pensar y rezar por aquellos hermanos nuestros, hermanos y hermanas que entregan su vida en lo cotidiano, asistiendo a los enfermos y particularmente a lo que están padeciendo las consecuencias del coronavirus.
Rezamos por ellos, pero rezamos con mucha gratitud por la entrega diaria, por esa ofrenda de la propia vida. Tenemos la imagen de la Madre en este título de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro que, sin lugar a duda, es una imagen que nos consuela, tenemos a la Madre de Dios, al Niño Jesús, a quien se le anuncia -podríamos decir-, la Pasión. También, contemplamos al Arcángel San Miguel que contiene una lanza y una caña con la esponja empapada de vinagre, instrumentos de la Pasión de Jesucristo y el Ángel de la derecha, San Gabriel Arcángel, quien sostiene la Cruz y los clavos, no los tienen con sus manos, sino con el paño que los cubre.
También descubrimos esa mirada tierna del Niño y la Madre, esa mirada podríamos decir con cierto temor de el Niño y sus manos que aprietan la mano derecha de la Virgen con actitud recogida y pensativa. María como si estuviera en su corazón pensando aquí la profecía de Simeón, ese misterioso plan de redención cuyo siervo sufriente había presentado Isaías.
Hace unos años, Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro es nuestra Patrona de la Sanidad en nuestra Diócesis y en este tiempo sabemos que el dolor humano tiene una dimensión que nos es propia y exclusiva. Porque nosotros los hombres y mujeres sabemos que sufrimos, somos conscientes del sufrimiento, de ahí puede surgir esta pregunta del por qué.
Y de aquella incógnita, hay respeto y temor, y podemos entonces, como decía el Decreto cuando se instauró esta fecha en nuestra Diócesis, podemos preguntarnos con cierta rebeldía, el por qué a mí. Y la pregunta, se la dirigimos a Dios, el sufrimiento llega a ser casi siempre un lugar de encuentro con Dios, a veces hasta con enfrentamientos con Él, pero el dolor muchas veces contribuye a la maduración de la persona y aprendemos a dar el valor que realmente tienen las cosas.
Le pedimos a nuestra Madre que sostiene desde el inicio hasta el fin, del nacimiento hasta la muerte, está allí al pie de la Cruz cercana a Jesús, que nos ayude en este tiempo, frente a la pandemia. Frente a la posibilidad de la muerte, frente al temor del contagio, a rezar confiar en el plan de Dios, sabernos verdaderamente peregrinos, a saber que aquí estamos de paso y que la Patria y nuestra casa definitiva, justamente es estar un día con nuestro Padre Dios, contemplando también a su Hijo Jesucristo y a María Santísima.
Que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, nuestra Patrona de la Sanidad Castrense proteja con su manto, con su corazón tierno y de Madre a todos los enfermeros, a los médicos. A todos los que trabajan en nuestros Hospitales, en nuestras realidades, en el mundo y el campo de la salud, que experimenten el amor y cercanía de un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que María los cubra con su manto y feliz día de nuestra Madre del Perpetuo Socorro.-
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