Buenos Aires | En Santa María de la Armonía, Mons. Olivera participa del tiempo de convivencia con los Seminaristas Castrenses, a tal fin, el Obispo Castrense de Argentina se trasladó hasta Santa María de la Armonía, al sur de la provincia bonaerense. Ubicada en la localidad de Cobo, Mar Chiquita, a unos 26 kilómetros al noroeste de Mar del Plata y casi 390 kilómetros al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
La historia de Santa María de la Armonía se remonta a 1961, cuando el sacerdote argentino, Luis María Etcheverry Boneo abría sus puertas como centro de espiritualidad, catequesis, cultura y solidaridad, se presenta hoy como un ámbito de difusión y encuentro de cultura cristiana. El casco de la antigua estancia La Armonía, hoy Santa María de la Armonía, perteneció originalmente a la familia Cobo Unzué, siendo adquirida por el Padre Etcheverry Boneo en 1961 gracias a una donación, con el objeto de plasmar allí sus proyectos religiosos, culturales y artísticos.
Como todos los años, Mons. Santiago, en el tiempo del verano, en este caso, en el inicio de la misión pastoral del 2022, comparte con los seminaristas la vida en fraternidad y en comunidad. Acompañado por el Rector del Seminario Castrense San Juan de Capistrano y Santo Cura Brochero, Padre Daniel Díaz, el Vicerrector, Padre Diego Pereyra, el Vicario General, Mons. Gustavo Acuña encargado de la Coordinación de la Dimensión Espiritual del Seminario y Capellanes Mayores, de GNA, Padre Jorge Massut y de PNA, Padre Diego Tibaldo participaran de la convivencia con los seminaristas, también participó el Capellán Castrense, Padre Marcelo Mora quién predicó durante el retiro anual.
Mons. Olivera, al respecto, compartía con nuestra redacción, “la convivencia nos ayuda a fortalecer vínculos y crecer en la fraternidad, como también en la paternidad. La paternidad y filiación, la fraternidad y la amistad ayudan a que sean una realidad como seminaristas y en el futuro como sacerdotes”.
Por su parte, el Vicerrector del Seminario, Padre Diego Pereyra nos decía, “al decir del Obispo profundizaba, diciendo que, en este proceso, se aprender el lindo ejercicio de gustar los tiempos de gratuidad, es decir, compartir el descanso, la recreación…qué, sumados a los momentos para la oración y la Eucaristía de cada día, ayudan a fortalecer los vínculos de cercanía y filiación entre el obispo y los futuros presbíteros- capellanes en nuestro caso-. Y esto busca, estos días aquí en «La Armonía», un lugar- dicho sea de paso- que hace honor a su nombre. Agradecemos la acogida de las «Servidoras» mujeres consagradas fundadas por el Siervo de Dios Pbro. Luis María Etcheverry Boneo”.
El Padre Pereyra, también nos informaba, que este año, se han sumado dos jóvenes, que con inquietudes vocacionales transitan un camino de discernimiento. Profundizando, el Vicerrector del Seminario, compartía, “en esta línea de la Convivencia, Mons. Santiago suele recalcar que «La fraternidad” y el vínculo necesario entre el obispo y los sacerdotes de su Presbiterio, no se da por ‘decreto’, ni mucho menos, sino que se gesta desde el compartir, en este aspecto, la Convivencia, mira también a eso».
Además, nos contaba el Padre Diego, “la presencia de los sacerdotes, también quiere ayudar a ese anhelo, tan del Evangelio, por cierto, ya que muchas veces, vemos a Jesús que se retiraba a solas con sus discípulos para estar con ellos y fortalecer los lazos de amistad. Da esperanza también, además de los seminaristas que están, la presencia de jóvenes que con valentía y generosidad se animan a dejarse interpelar por el llamado de Jesús”.
Finalmente, el Vicerrector del Seminario Castrense, compartía, “nos encomendamos a la oración de todos, por los frutos de estos días. Aprovechamos, para agradecer la oración por el Retiro Espiritual que tuvieron nuestros seminaristas, estos días previos, acompañados por el Padre Marcelo Mora”.-
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