Mons. Olivera | No podemos los creyentes no ser alegres, así lo expresaba el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía durante la celebración de la Santa Misa de acción de Gracia por el fin del año del Seminario Diocesano. Celebrada en la Capilla San Lucas, del Seminario San Juan de Capistrano y Santo Cura Brochero, en la noche del tercer Domingo de Adviento (17 de diciembre), donde Mons. Santiago Olivera instituyó Acólitos al Sr. Carlos Alberto Paz, candidato al Diaconado Permanente, a los seminaristas, Agustín Cañamero y Ariel Padilla en camino al sacerdocio.
Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron el Vicario General, Capellanes Mayores y Capellanes Castrense de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, participaron fieles castrenses. Mons. Olivera decía en la Homilía, “es una alegría celebrar en este día la Eucaristía juntos, con la presencia de los Capellanes y de toda la familia Diocesana, ciertamente, nos renueva en la fe, este camino que hacemos juntos, el ir al encuentro con el Padre.
Nos estamos preparando para celebrar el próximo domingo la Nochebuena, el lunes la Navidad y es por excelencia el anuncio de la gran alegría de un Dios que se encarna, un Dios que se hace hombre, un Dios que se hace uno entre nosotros, un Dios que está entre nosotros, un Dios que por nuestra salvación bajó del cielo. La salvación que nos trajo el Señor nos tiene que llenar de profunda alegría, ésta es la característica de un creyente”.
Profundizando, el Obispo agregó, “no podemos los creyentes no ser alegres. Esto no significa que no podamos tener momentos de dificultad, de sufrimientos, de entre comillas tristezas, pero la clave es la alegría, una alegría honda de saber que Dios está entre nosotros, y, es más, Dios está conmigo, con cada uno de nosotros. La alegría que Dios nos recuperó porque nos amó tanto que envió a su Hijo para que podamos volverlo a contemplarlo cara a cara”.
Continuando, Mons. Santiago, señaló, “podríamos preguntarnos en las palabras que Pablo les dice a los cristianos, si son dichas para nosotros, <<estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda ocasión>>. Esta expresión de Pablo no es un consejo, es un mandato en nombre de Dios que nos dice la clave a todos los cristianos de todos los tiempos, porque la Palabra de Dios es siempre actual, es siempre vigente y nos habla para el hoy de nuestra historia y de nuestra propia vida: ¡Estar siempre alegres!”
En otro párrafo, el Obispo compartía, “(…) en este tercer domingo de Adviento tenemos la alegría también de dar gracias a Dios por este camino recorrido en nuestro Seminario. Damos gracias y ponemos en el Altar todo lo vivido, las cosas que el Señor nos fue regalando, también al ponerlas en él le presentamos con nuestras fertilidades y límites para qué el Señor las transforme”.
Mons. Santiago, además, dijo, “damos gracias por el Seminario, por sus formadores, pedimos por los que vendrán, pedimos por los seminaristas que están. En este día tenemos la gracia de que tres de nuestros hermanos recibirán el Ministerio del Acolitado.
Un candidato al Diaconado Permanente, el Sr. Carlos Paz y en camino al Sacerdocio dos Seminaristas, Agustín Cañamero y Ariel Padilla. Presentamos la vida de ellos que se preparan para ser servidores podríamos decir de los que sirven, se van acercando al Altar para asistir, para acompañar, para servir a los Diáconos, a los Presbíteros y Obispos”.
Completando, Mons. Olivera subrayó, “(…) este acercarse al Altar va siendo también un camino pedagógico para dejarse moldear por Jesús, para dejarse transformar con Jesús. No es un camino que se llega, es una senda que nos pone en punto de partida para dejarnos configurarnos por Jesús (…)”.-
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