MONS. OLIVERA | La imagen de Mama Antula, como la de todos los santos, tienen que recordarnos esa vocación a la cual estamos comprometidos a seguir y a responder, que es justamente a la santidad

28 julio, 2024

MONS. OLIVERA | La imagen de Mama Antula, como la de todos los santos, tienen que recordarnos esa vocación a la cual estamos comprometidos a seguir y a responder, que es justamente a la santidad, así lo expresó el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía en la celebración de la Santa Misa, en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús del BMGD (Barrio Militar General Deheza) en la provincia de Córdoba. Fue en la mañana del domingo 28 de julio, donde también entronizó y bendijo en la Parroquia la imagen de Santa Mama Antula que fuera donada por el matrimonio de gendarmes María Cristina y Pablo Pérez.

Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera, concelebraron el Rector de la Iglesia Catedral, Stella Maris, Padre Diego Pereyra, el Párroco de Parroquia del BMGD, Capellán, Padre Francisco Roverano, participaron, fieles castrenses. En la Homilía, Mons. Santiago pidió, “pongamos nuestra mirada en los santos, en estos amigos de Jesús que han plasmado el Evangelio en sus vidas. El Evangelio, es Palabra de Dios para siempre, porque es Palabra para el hoy de nuestra historia y los santos, tienen esta riqueza de hacerlo presente”.

Continuando, dijo el Obispo, “Mama Antula murió en los albores de nuestra Patria, en 1799, ella, deseó que Jesús sea conocido y amado, caminó desde su Silípica natal (Santiago del Estero), pasando por Tucumán, Córdoba y llegó a Buenos Aires justamente haciendo posible que los hombres y mujeres de su tiempo se encuentren con Jesús. Los cordobeses que también se familiarizan con el Santo Cura Brochero están también unidos a la santa, pues Brochero pudo nutrirse de los ejercicios espirituales de los Jesuitas que fueron rescatados por Santa Mama Antula.

Ejercicios espirituales que son una gran verdad que tiene vigencia hasta hoy, que es ser puentes como lo fue Mama Antula, para que los hombres y mujeres se encuentren con Jesús. Y que este encuentro sea la raíz y modo de vivir, de plasmar justamente en lo cotidiano lo que el Evangelio nos anunciara”.

Profundizando, Mons. Olivera señalaba, “en ese tiempo en que los Jesuitas fueron expulsados de América, Mama Antula fue presencia en la ausencia. Fue continuidad en la vocación que los Jesuitas tenían, la misión de anunciar a Jesucristo, sabiendo que el Evangelio promocionaba también la dignidad de los hombres. Mama Antula continuó la obra de los Jesuitas cuando fueron expulsados de nuestras tierras, ganándose el mote de una mujer fuerte y valiente, puesto que, de algún modo, con sus actos, con sus acciones se opuso a aquella decisión del Rey como así también a la de Iglesia luego de la supresión de la Compañía de Jesús.      

Y la Providencia ha querido -siempre los subrayo, estos caminos y esta sorpresa para nuestro tiempo- ella que había nacido en 1730 y fallecía en 1799, mucho tiempo transcurrió para ser reconocida en la Iglesia como Santa. ¿Qué pasó en todo este tiempo? Sin embargo, uno puede decir desde la fe, que esta mujer que fue Beatificada y Canonizada por un Jesuita, podremos responder entonces, que esperó que un Papa Argentino y Jesuita sea quien la declarara Santa”.

En otro párrafo, el Obispo dijo, además, “(…) los santos son amigos de Jesús. Sin duda, ellos son intercesores, nos ayudan, le agradecemos y le pedimos, pero también nos recuerdan con su propia vida el camino que debemos transitar todos.  Todos estamos llamados a la santidad, los santos nos hablan y nos dicen que la vocación bautismal que tenemos es la santidad. San Juan Pablo II decía al comienzo del milenio, <<¿quieres recibir el bautismo? es lo mismo que preguntar:¿quieres ser santo>>?”

Prosiguiendo, Mons. Santiago, nos decía, “tanto amó Mama Antula a Jesús que no se lo guardaba para sí, sino que quería comunicarlo y esta es siempre fruto del encuentro con Jesús. El Evangelio, si de verdad Jesús cambió nuestra vida y nos transforma, siempre se hace anuncio con nuestra vida, con las acciones y sin duda con nuestras palabras.

La fe no es solamente para vivirla en nuestro ámbito privado o en nuestras comunidades, sino para manifestarla en nuestras acciones, en nuestras realidades, en nuestro lugar de trabajo, en nuestras familias”. En otro tramo de la Homilía, el Obispo agradecía a quienes donaron la imagen de la santa a la Parroquia, Sagrado Corazón de Jesús, “(…) damos gracias en este marco a la familia de María Cristina Fernández y su esposo, Pablo Pérez quienes pertenecen a GNA, ellos, que, por su devoción, por su fe han sido los pies de Mama Antula en nuestros tiempos (…), y hoy celebramos Providencialmente el 86° aniversario de la Fuerza Federal de Seguridad”.

Continuando, el Obispo compartió, “(…) quería referirme a la Primera Lectura que está unida al Evangelio donde se narra la multiplicación de los panes. La Palabra que no nos narra cómo Jesús hace esa multiplicación, sino que lo hace a la luz de la colaboración de ese niño que le acerca cinco panes y dos pescados. En el Evangelio se señala que había cinco mil hombres sin contar mujeres ni niños, que debían ser alimentados, esta realidad que en tiempos del Señor no se los contaban, sin embargo, este niño se convierte en el protagonista privilegiado”.

Mons. Olivera, decía sobre esto último, “esta, es una buena actitud para descubrir, que es, lo que el Señor nos pide de nuestros dones, de nuestros panes, de nuestros pescados para que podamos convertirlos en fruto para tantos y para todos en esta mirada también misionera. Pero quiero también compartir con ustedes una lectura del Apóstol Pablo que dice, <<sopórtense mutuamente por amor>>.

Soportemos a aquello que es una incomodidad; sin embargo, la intención de Pablo es, ser soporte, ser aquel que es ayuda en el camino. Estamos llamados por amor a soportarnos unos a otros, a ser soporte para que nuestra fe crezca, para que nuestra vida cristiana crezca para que nuestra vocación a la santidad sea firme, no nos desanimemos”.

Finalizando, el Obispo señaló, “tenemos que ser soporte de nuestros hermanos, de nuestras comunidades, de nuestros trabajos, de nuestras realidades. Ser anunciador del Evangelio es ser también soporte para aquellos hermanos, compañeros del camino”.

Antes de concluir la celebración, el Obispo agradeció al escultor y artista Julio Incardona. Mons. Santiago compartía con los presentes, «agradezco que esté entre nosotros Julio, quien es el autor de tantas imágenes de Santos, Héroes y Próceres. Damos gracias por esta imagen de Mama Antula que fue adquirida gracias a la colaboración de muchos para ser entronizada durante la novena a Ntra. Sra. Stella Maris, en nuestra Iglesia Catedral, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

Finalmente, antes de la bendición del Obispo, Cristina Fernández junto a su esposo, contó su labor y misión en torno a la figura de Mama Antula. Destacando como recorrieron con la imagen a lo largo y ancho del país dando a conocer a esta primera santa canonizada argentina.-

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