MONS. OLIVERA | Renovemos todos, el pacto de fidelidad <<nosotros somos tuyos, Tú eres nuestro>>, así lo pidió el Obispo Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad de Argentina al compartir su Homilía en memoria de la Virgen y el Señor del Milagro. Celebrada en la Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris, en la mañana del viernes 13 de septiembre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Cada 15 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta de la Virgen y el Señor del Milagro que desde 1692 el pueblo salteño acude agradecido en forma ininterrumpida a dar Gracias. En vísperas de la festividad Mons. Santiago Olivera presidía la Santa Misa en honor a la Virgen y el Señor del Milagro, concelebraron Capellanes Castrenses de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, acudieron fieles castrenses, en especial devotos salteños que se congregaron en CABA.
El Obispo, decía en la Homilía, “es una alegría que estén presente las imágenes de la Virgen y del Señor Crucificado, Señor del Milagro, porque para nosotros, Obispado Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad de Argentina nos ayuda mucho. Nuestra misión es estar donde están nuestros fieles, esto supone acompañar, animar y sostener la piedad popular, la religiosidad de quienes se nos confían, por ello, sumar aquello que para los salteños tiene tanto sentimiento nos llena de alegría”.
Continuando, dijo, “siempre es muy lindo entender que respondemos a la Palabra de Dios con esta maravillosa expresión, <<nosotros somos tuyos y Tú eres nuestro>>. Sin lugar a duda, esto que hemos escuchado en la primera Lectura de Jeremías, <<les daré un corazón para que me reconozcan a mí que soy el Señor, ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios>>”.
Profundizando, Mons. Olivera, señaló, “Dios nunca se distrae de nuestras situaciones adversas, la vida cristiana no es una vacuna contra todo riesgo; lo sabemos. La auténtica felicidad como les decía es, escuchar la Palabra y practicarla y la practicamos en la medida en que decimos esto que hemos escuchado, Dios es nuestro Dios, nosotros somos su pueblo y Él no aparta su mirada sobre nuestra vida, todo lo permite para nuestro bien.
Esta expresión la tenemos que hacer carne, la tenemos que hacer vida; tanto en la adversidad, en las dificultades en las situaciones difíciles debemos recordar esta certeza, el Señor pone su mirada entre nosotros”.
En otro párrafo, el Obispo dijo, “sin embargo, que maravilloso es poder haber escuchado recién que la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres, en el misterio de la Cruz, Cristo quiso salvarnos. Siempre la Cruz no será un instrumento de mortificación sino una expresión clara de un amor sin límite que Dios tiene para con cada uno”. Seguidamente, Mons. Santiago compartió, “no les voy a contar el milagro de Salta, lo que significa, porque lo saben más que yo, pero si quisiera detenerme en un detalle.
Ante el terremoto, la persecución, la dificultad, ante lo que significo justamente esos temblores y bajo la inspiración del primer Obispo de Salta, se pudo tener esta imagen que llamaron milagrosa que enseguida entró en devoción como la pólvora encendida y salía a las calles invitando a la conversión, al consuelo y salvación de todo el pueblo. Justamente quizás no sufrían cosas graves el pueblo, pero sí el templo, pero entendieron que el Señor los acompañaba y los sostenía”.
Ahondando en sus palabras, el Obispo, nos dijo, “y que ese cimbronazo, ese temblor, ese momento de desesperación era una invitación a volver los pasos, al corazón al Señor, esta es la conversión, la invitación a volver al camino, a volver a Jesús. Pero sabemos que la Virgen, que la Madre está al pie de la Cruz, nuestra verdadera devoción de católicos y podríamos decir de cristianos más allá de que algunas confesiones no descubren a la Madre como la Madre es.
Sin embargo, la Virgen, es la perfecta cristiana, la mejor discípula, la que estuvo siempre acompañando a Jesús, rezando con Él, rezando con los discípulos, muchos se fueron, ella quedó, María al pie de la Cruz. Y en este signo también, en la Catedral de Salta cundo cae en el temblor, esa imagen y expresión de mirar de la Virgen del Milagro a los pies de Jesús nos invita como a vivir en la confianza, su presencia es signo de consuelo”.
Finalmente, Mons. Olivera afirmó, “damos gracias de poder honrar en nuestra Iglesia Catedral poder tener nuestra mirada en María Santísima, tener nuestra mirada en Jesús, en la Cruz que nos salva, pero siempre expresión de un amor sin límites. Que podamos renovar todos, el pacto de fidelidad <<nosotros somos tuyos, Tú eres nuestro>>, es maravilloso apropiarnos de este regalo de un Dios que nos ama”.–
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