MONS. OLIVERA | Regreso con el corazón agrandado, con una alegría de poner nombres y a los nombres rostros, valorando a los hombres y mujeres de las Fuerzas, así reflexionaba el Obispo Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad de Argentina, al ser consultado sobre su reciente visita Pastoral a la región Austral. Entre 5 y 7 de octubre Mons. Santiago Olivera visitaba las ciudades de Río Grande y Ushuaia en nuestra provincia de Tierra del Fuego donde acompañados por los Capellanes, Fray Guido Casillo y Padre Guillermo Romano pudo estar con efectivos de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Federales de Seguridad y sus familias.
En su visita, el Obispo fue recibido por el Comandante del Área Naval Austral (ANAU), Contraalmirante José Alberto Martí Garro y su Jefe de Estado Mayor, Capitán de Navío Carlos Alberto Soto, el Comandante de la Fuerza de Infantería de Marina Austral, Capitán de Navío, Héctor Herrera. También por el Comandante del BIM 5, Capitán de Fragata Alejandro Reinhold, el Comandante Silvio Amarilla Jefe de la Agrupación XIX Tierra del Fuego de GNA (Gendarmería Nacional Argentina) y por el Prefecto, José Zarazúa Jefe de PNA (Prefectura Naval Argentina).
Al respecto, Mons. Olivera nos decía, “tanto en Río Grande como en la ciudad de Ushuaia, he recibido de las autoridades de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad una atención, una dedicación y calidez extraordinaria. La experiencia de sentir que estamos en casa para nosotros como Obispado Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad y particularmente, en mi caso como Obispo de esta Diócesis particular, cada Fuerza es parte de mi misión, de la alegría de que la Iglesia me ha confiado la vida de los hombres y mujeres del Ejército Argentino, de la Armada Argentina, de la Fuerza Aérea Argentina, de GNA, de PNA, de la PSA, las seis instituciones que conforman nuestra Diócesis”.
Continuando, el Obispo agregó, “el ir al despliegue, al terreno, tal como refiero siempre cuando hago referencia al visitar aquellos lugares más alejados de Buenos Aires que es donde se encuentra la Iglesia Catedral y la sede del Obispado. Es un tiempo de mucha gracia también el poder compartir un poco más con nuestros hermanos, en este caso en Ushuaia, el haber estado en la casa del Contraalmirante José Alberto Martí Garro junto a los catequistas y quienes colaboraron con el Capellán en la celebración de la Confirmación en esa ciudad.
Realmente uno regresa con el corazón agrandado, con una alegría de poner nombres y a los nombres rostros y conocer la tarea, valorando el trabajo de los hombres y mujeres de las Fuerzas. Hombres y mujeres que verdaderamente las 24 horas del día abrazan esta vocación de servir a la Patria sin ningún límite, hasta el extremo”.
Finalmente, Mons. Santiago nos decía, “ellos, dan su vida no solo de un modo final, es decir cuando uno tiene que entregarla a veces concretamente en situaciones límites, sino entregar su vida en el diario caminar para preservar la paz, para custodiar nuestros mares. Al examinar todo esto, uno comprende que es un buen momento para volver a valorar y a tener plena conciencia de lo que ellos hacen, convirtiéndome en vocero de lo que los hombres y mujeres de las Fuerzas desarrollan a lo largo y ancho del país”.-
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