Puerto Belgrano | Sean valientes testigos de la fe, valientes testigos de Jesús, seguidores de la Buena Noticia del Señor, así lo expresaba Mons. Olivera en el final de la Homilía compartida en la Santa Misa, donde administró el Sacramento de Confirmación a 109 fieles entre niños, jóvenes y adultos. Celebrada en la explanada de la Parroquia Ntra. Sra. Stella Maris, en horas de la tarde del miércoles 24 de noviembre en la Base Naval Puerto Belgrano (BNPB), en provincia de Buenos Aires.
Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron, el Vicario General, Mons. Gustavo Acuña, el Canciller y Capellán Mayor de la Armada, Padre Francisco Rostom Maderna, el Vicerrector del Seminario Diocesano, Padre Diego Pereyra. También, los Capellanes Castrenses, Padre Diego Kessler, Padre Pablo Caballero Karanik, el Padre Santiago García del Hoyo y el Padre Darío Verón.
Asistieron, el Comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, Contraalmirante Juan Carlos Daniel Abbondanza, el Jefe del Estado Mayor del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, Contraalmirante Walter Ernesto Dona, el Jefe de la Base Naval Puerto Belgrano, Capitán de Navío Martín Laborda Molteni, efectivos de la Fuerza Armada, familiares e invitados. En la Homilía, Mons. Santiago decía, “las confirmaciones son siempre una alegría, es un gozo poder compartir los Sacramentos de la fe, como es, el caso concreto hoy, en cual ciento nueve niños, jóvenes y adultos recibirán el don del Espíritu Santo. El Sacramento de Confirmación, nos hace Soldados de Cristo, testigos valientes del Evangelio, adultos en la fe”.
Profundizando, agregó el Obispo, “recién le pregunté al Padre Pablo si estaban preparados, él me contestó, <ciertamente, todos están bautizados (…)>, no dijo que si directamente, dijo ciertamente todos están bautizados, se han venido preparando con sincero empeño, son dignos de recibir el Sacramento, que confirmará la vida que recibieron en el Bautismo. Es una alegría poder entonces, ser testigos de estos niños, jóvenes y adultos que quieren justamente manifestar, que como son creyentes y quieren vivir una nueva vida, reciben el don del Espíritu Santo”.
Sobre esto último, ahondaba, “este don recibido, les permitirá poder vivir las exigencias del Evangelio en el mundo que toca hoy, en la escuela, el del trabajo, en la realidad donde se mueven. Siendo valientes testigos de la fe, valientes testigos de Jesús, seguidores de la Buena Noticia de Señor”, finalizó Mons. Olivera.-
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