ARA San Juan | Tenemos que recuperar un gran tejido social de fraternidad, tenemos que hacer puente en el encuentro entre todos los argentinos, la reflexión le pertenece al Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera, la noticia del hallazgo del el Submarino Argentino es noticia en el mundo, pero impacta sobremanera en toda la familia Castrense Argentina, y en especial a nuestra Armada. El jueves, hace menos de 48 horas se cumplía un año de la desaparición de la nave y sus 44 tripulantes, allí en la Base Naval nuestro Obispo Castrense de Argentina, en la misma BNMP (Base Naval Mar del Plata) oficiaba Misa y señalaba en su homilía que, “Nadie se va mientras alguien lo recuerde, ni se aleja de nosotros si le damos vida en nuestro corazón”.

Desde las primeras horas de ayer, los rumores de noticias sobre el posible hallazgo del casco del Submarino fueron incrementándose, pero no fue hasta las primeras horas de este sábado cuando fue confirmado por fuentes cercanas a la búsqueda. Horas que nos mantienen como desde el primer día en un ruego y pedido permanente de saber la verdad, es por eso que consultamos a nuestro Obispo, Mons. Santiago Olivera cómo vive esta novedad.

Dice Mons. Santiago Olivera, “particularmente es una gracia que haya aparecido el Submarino ARA San Juan, es un motivo de alegría, debemos dar gracias realmente a Dios por esto que ha sucedido, pues cierra esta etapa muy dolorosa en la vida de los familiares e integrantes de la Armada Argentina. El hallarlos, es lo que deseábamos, es lo que pedíamos, justamente, volviendo de Mar del Plata, hablábamos con el Capellán Mayor de la Armada, Padre Eduardo Castellanos  sobre, cómo incentivar una gran movida de oración y de renovarnos en ella”.

Profundizando, nos contaba, “queríamos bajo la intersección del Siervo de Dios Enrique Shaw, marino él, futuro Santo argentino, confiados en que nos iba a dar esa gracia, porque, que aparezca la nave, significaría mucho para los familiares. El saber que ya, no son desaparecidos, que están en un lugar, el poder tener la posibilidad de la verdad y por lo tanto también la justicia”.

Pese a esta buena nueva noticia, el Obispo Diocesano Castrense no deja de ver más allá de los títulos, la real situación que no solo atañe a nuestro submarinistas, familiares y la propia Armada, allí nos ilustra Mons. Olivera. “A mí me duele que, en esta sociedad fragmentada, en la que se presentan broncas, dolores y donde he escuchado incluso a algún familiar, que supongo que, motivado por el dolor, envueltos en esa angustia llegaron a decir que habría alguien que vaya a saber por qué ,no querían encontrarlos vivos, cuando en realidad se estaba haciendo todo. En este país en que estamos, que transitamos, fragmentado, enfrentado, que no se cree, que se nos ha enseñado durante mucho tiempo relatos, debemos cambiar, debemos afrontar la verdad”.

Agregando, “mientras que la verdad, es la verdad, no se podía hablar de muerte cuando todas las posibilidades después de una semana sin contacto, era imposible la vida. Ciertamente soy creyente, y creo en los milagros pero, humanamente deberíamos honrar a estos Héroes como, fallecidos en bien y en servicio a la Patria.  Sin embargo, no se podía hablar porque, eso quizá estaba en el temor de la no búsqueda, del dejar de buscarlos para encontrarlos”.

Pese al avance, nos subraya el Obispo, “se ha encontrado el ARA San Juan, en vez de ser agradecido algunos no lo ven así, en vez de poder experimentar la alegría que ciertamente en algunos lo han vivido así y que algunos pocos lo han manifestado, que importante es, que haya aparecido”. Por ello, “tenemos que dar gracias a Dios, tenemos que reconocer el esfuerzo del gobierno también, con lo que ha significado el aporte de todos los argentinos, en esta misión, la que hay que pagar a quien lo encontró, a la empresa Ocean Infinity, que nos alegra pero no podemos dejar de reconocer, que sin dudas ha sido un esfuerzo grande”.

En todo este proceso, no debemos olvidar el trabajo silencioso, respetuoso de los marinos, el Obispo Castrense de Argentina manifiesta, “hay que reconocer la contención de la Fuerza, yo soy testigo del acompañamiento de la Armada Argentina, de los primeros momentos. Yo estuve en Mar del Plata desde los primeros días y veía a los camaradas con las familias, con la gente, veía el esfuerzo de quien daba el parte diario, allí en la Base Naval Mar del Plata como excelentemente bien también lo hacían en Buenos Aires”.

Desde el mismo noviembre de 2017 si algo no podemos dejar de valorar es el profesionalismo pero también la gran angustia de la quienes son parte de la Armada, Mons. Santiago Olivera nos confiesa, “escuché de uno de ellos, ´nosotros también estamos sufriendo, son amigos, son miembros de nuestra familia´, los marinos llaman, la gran familia Naval Argentina, y yo, puedo dar fe, que eso vi. La atención, la recepción, el alojamiento de muchos familiares durante todo este tiempo, con una paciencia admirable, y por qué no se reconoce esto, por qué dicen que la Armada miente (…).

Con las primeras horas del día, que se tiñe de gran ansiedad por todos, hay algunos que quizás aprovechando la vulnerabilidad emocional especulan y dicen lo que no es, nuestro Padre y Pastor decía de ellos, “escuche hace un rato, que querían que no los encontrarán vivos, esto (…), es un disparate, es un juicio muy duro que no merece nuestra patria. Somos todos argentinos y somos todos hermanos, tenemos que recuperar un gran tejido social de fraternidad, tenemos que construir el puente en el encuentro entre todos los nosotros”.

Tomando un respiro, Mons. Olivera nos dice, “yo le pido a Dios, le doy gracias a Dios, por este aparecer del ARA San Juan, el que no mitigará el dolor de las familias, porque la ausencia, y la nueva realidad implica un nuevo desafío. La nueva vida ya no es la misma después de aquel 15 de noviembre cuando desapareció el Submarino, ya no es lo mismo para las familias, esto es, sano realismo, como antes y ahora más podamos seguir rezando por ellos, podemos reconocerlos”.

En medio de este mar de sentimientos, que entremezclan dolor y alegría Santiago Olivera reflexiona, “estoy seguro que estos 44 tripulantes valoran su vocación, aman a la Armada Argentina y a veces las familias, o los que no comprenden tanto, sumidos en el dolor expresan y dicen cosas que no ayudan, que generan un mayor enfrentamiento entre todos. Me gustaría pensar, que podamos estar felices a pesar de este esfuerzo grande, y éste sin duda gasto económico, este esfuerzo de toda la nación, que nos toca a todos los argentinos solventar, a todos les decimos que, se ha llegado a buen puerto”.

Nuestro Obispo también sobre todo lo vivido en esta búsqueda nos resalta,  “es triste que no podamos creer, creo que hay que recuperar la palabra, hay que recuperar la fraternidad entre todos los argentinos, nunca más la violencia, nunca más la mentira, pues ella, es una forma también de violencia”. Encontrado el submarino de la Armada Argentina, cómo nosotros desde nuestra perspectiva y realidad debemos avanzar después de lo sucedido con el ARA San Juan, al respecto decía, “sin lugar a dudas, la desaparición de la nave ha sido una desgracia, más allá de que pueda, y eso tendrá que quedar en lo técnico, los peritos y propia justicia, determinar, qué pasó, qué sucedió. También saber que, en las Fuerzas Armadas, también los submarinistas están expuestos y todos los que ejercen y viven esta vocación, saben, que están expuestos y se preparan justamente para entregar la vida y entregar la vida por amor”.

En valoración a la profesión de nuestros hombres de las Fuerzas, el Obispo Castrense de Argentina nos dice a todos sobre su misión, “más allá que es su trabajo, en esta especial Mística y especial vocación, los acompañamos con nuestra presencia, como Sacerdote y Obispo Castrense de Argentina, escoltándolos con la fe a cada uno de los miembros de las Fuerzas y su familia. Ahora, “es importante poder hacer el duelo, es muy angustiante no saber dónde están, no saber qué pasó, no saber cuánto sufrieron, es algo que lo llevaremos durante toda nuestra vida”.

El hallazgo del nave, es sin dudas una noticia importante, pero que representa para quién hoy reconoce con ello la pérdida del ser querido, Mons. Olivera declara, “el saber que están en un lugar, nos hace mucho bien, pues podemos elaborar el duelo, que no significará ausencia de dolor, el duelo, es  dolor, es pérdida, pero aquí también para nosotros se renueva la esperanza, de saber que hay cielo. Que hay vida eterna, que podemos rezar por ellos, que podemos estar comunicados, que en los recuerdos siempre viven y que comienza una nueva relación y los que tenemos fe, sabemos de la esperanza del reencuentro y el gozo donde no habrá ni dolor, ni lágrimas, ni penas en el cielo”.

Finalmente nuestro Obispo nos pide, “tenemos la posibilidad de rezar por nuestros hermanos, por su eterno descanso, pedir por cada uno, también por el consuelo de su familia. Es una oportunidad para  ir hacia nuestro interior, para reconocernos peregrinos, para saber que la vida termina, que el puerto, el puerto es el cielo y hacia ellos transitamos y hacia él caminamos”.

Respecto de la noticia ya confirmada, nuestro Obispo Diocesano Castrense de Argentina, convocó para el próximo 22 de noviembre, a las 8 de la mañana en la Catedral Castrense Stella Maris oficiará la Santa Misa de Acción de Gracia y Eterno Descanso. Allí Mons. Olivera rezará por el eterno descanso de los 44 tripulantes, por el consuelo de sus familiares y por el encuentro de todos los argentinos, para que caminemos tiempos de verdadero encuentro y fraternidad para mirarnos y amarnos como hermanos.-