“Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos”, la frase se desprenden de la Oración por la Patria, el 9 de julio del año 2001, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) nos la presentaba y proponía rezarla por primera vez. En aquel tiempo, Mons. Estanislao Karlic (ex Pte. de CEA), nos había exhortado a, «una espiritualidad de comunión, para así superar las pequeñas y grandes brechas -familiares, económicas, sociales, políticas, religiosas y culturales- que son un peso grande que oscurece nuestro sueño y hace más lento nuestro paso como nación»[1].
Hoy, 20 años después, la situación social no es menos desafiante en nuestra nación, sumado a todo lo conocido, debemos agregar la muy difícil condición de pandemia por coronavirus que atravesamos. Por todo esto, nuestro Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera nos convoca a rezar juntos, la Oración por nuestra Patria.
En tal sentido, presentamos el vídeo de la Oración por la Patria, rezada por la gran familia castrense, desde los cuatro puntos cardinales del país. En cada uno de los rostros y voces que nos acompañan a rezar, veremos la representación de cada una de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, de Capellanes, religiosos y laicos de nuestra Diócesis.
A presentar la producción de este vídeo que nos acerca a rezar, Mons. Santiago nos decía, “tantos años de esta oración la volvemos a rezar con espíritu renovado, realmente pidiendo con fe por nuestra querida Patria. Lo hacemos, porque verdaderamente nos sentimos heridos y agobiados, porque queremos ser Nación queremos conservar los valores democráticos y republicanos.
Pedimos por la verdad, por la justicia, por la paz, por la fraternidad, por el encuentro entre todos para mirarnos, para tratarnos. Pedimos para experimentar sinceramente nuestro ser hermanos, una misma raíz, una misma historia, una misma tierra, la Patria que nos cobija y nos protege, la Patria que todos deseamos que cada vez sea más digna y mejor para todos”.
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
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