Mons. Olivera | Con la felicidad de ser caminantes junto a la Virgen de la Merced, pidamos que libere a nuestros corazones de ataduras, de esclavitudes, que libere a nuestra Patria, así lo pidió el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía durante la celebración de la Santa Misa, en San Miguel de Tucumán. El último domingo, Mons. Santiago Olivera participó junto a los fieles castrense de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad asentadas en la provincia de Tucumán de la fiesta la Patrona y Generala del Ejército Argentino.
Presidió la Santa Misa, en la Basílica Ntra. Sra. de la Merced, Mons. Olivera, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron los Capellanes Castrenses, Padre Gerardo Chiumiento, Padre Vicente Vélez, también acompañaron Mons. José Antonio Passarell y Presbíteros de la Arquidiócesis de Tucumán. En la Homilía, Mons. Santiago decía, “para mí como Obispo Castrense, es motivo de mucha alegría poder celebrar esta fiesta y en este lugar, bajo el amparo de la Virgen de la Merced, Patrona y Generala del Ejército Argentino.
Esta Eucaristía la estamos celebrando por las Fuerzas Federales y Provinciales de Seguridad y también por las Fuerzas Armadas. Ustedes saben que el Obispado Castrense de la República Argentina tiene la misión- enunos años celebraremos los 70 años de vida, del acuerdo entre el Estado nacional y la Santa Sede– de acompañar la vida, espiritual y pastoral de los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas y de a sus familias”. Continuando, agregaba, “damos gracias a Dios por la vida de tantos hombres y mujeres que abrazan no solo una profesión, no solo un medio de sustentación, porque no negamos que es sin duda un recurso también que hace a la profesión y a la vida digna, sino también abrazan esta vocación de ser servidores públicos, sirviendo a nuestra Patria. Por eso con mucha alegría los acompaño, me da mucho gozo celebrar juntos la fe y reconocer a nuestra Madre, a la Virgen de la Merced, Madre sin duda de esta Arquidiócesis que la tiene, así como, bienaventurados los que caminan juntos con la Santísima Madre de la Merced”.
En otro párrafo, el Obispo compartía, “Bienaventurados todos nosotros que al pie de la Cruz hemos recibido a la Madre de Dios, a lo mejor de Jesús que era su Madre, sin lugar a dudas para que sea Madre nuestra. María al pie de la Cruz. ¿Qué habrá significado en el corazón de la Virgen el acompañar a su Hijo, el hijo de sus entrañas, pero este Hijo que era también en este misterioso plan de Dios, su propio Hijo, el Hijo de Dios, el Emmanuel, el Dios con nosotros, el Verbo hecho carne, el que entregó su vida para rescatarnos, para salvarnos, para liberarnos?”
Avanzando, continuó diciendo Mons. Santiago, “María allí de pie, también imagen de tantas mujeres que están de pie frente a tantos sufrimientos que nos toca en esta vida de peregrinos. Me agrada siempre hacer la relación cuando vemos a la Virgen al pie de la Cruz, cómo la mujer por lo general, en nuestras familias en nuestras realidades son las que están al pie de la Cruz”.
Profundizando, Mons. Olivera nos decía sobre la Virgen, “Ella se tomó muy enserio ser la Madre de todos nosotros, Ella obedeció a su Hijo en la Cruz, porque es la primera discípula, la mejor obediente al proyecto de Dios. Ella es la que nos invita y nos susurra siempre como lo hizo en Caná a hacer lo que Jesús nos pide y nos dice, Ella nos invita con su corazón de Madre, con su corazón tierno y cercano a mirar nuestra vida según Jesús, a volver a Jesús, a ir al Padre”.
Más adelante, también señaló, “en este día de la fiesta de la Virgen también ponemos nuestra mirada en tantos dolores y sufrimientos, ni que hablar de la desgracia de nuestro Ejército Argentino allí en San Martín de los Andes, los cuatro difuntos, a sus familias acompañándolas en el dolor, los que están heridos y los tantos que sufren a lo largo y ancho del país, los queremos poner a los pies de la Virgen de la Merced, para que los consuele y los renueve, para que nos renueve en la certeza de hacer lo que Jesús nos pide. Damos gracias a Dios porque bajo la inspiración del General Belgrano María fue Generala del Ejército, Patrona del Ejército Argentino, Patrona de esta Arquidiócesis y todo lo que significa, nos ponemos bajo su protección”.
Agregando, Mons. Santiago, subrayó, “pero también, al bien estilo militar, cuando decimos: ¡Mi General! ¡Mi Generala! queremos obedecer. Nuestras raíces, nuestra historia argentina está fundada en la fe de nuestros próceres y siempre tendremos que defenderlas contra todo atentado que quieran borrarlas”.
Finalmente, el Obispo compartió, “pidamos a nuestra Generala, pidamos a nuestra Patrona que nos susurre siempre en nuestro corazón, que hagamos lo que Jesús nos dice, porque haciéndolo nos liberamos de todo mal, nos encamina hacia la fraternidad, a la justicia y la paz. Abrazar la vida cristiana es justamente abrazar esta vocación del encuentro, esta vocación de la fraternidad, esta vocación de ser verdaderamente hermanos”.
Al finalizar la Santa Misa, Mons. Santiago se trasladó hasta la plaza Belgrano en Barrio Sur de la San Miguel de Tucumán, donde participó junto sus hermanos Obispo de la Arquidiócesis de Tucumán del acto cívico. En ese mismo lugar, el Obispo Castrense junto a los Arzobispos, Mons. Carlos Sánchez y Obispo Auxiliar, Mons. Roberto Ferrari, colocaron escapularios de Ntra. Sra. de la Merced a los cadetes presentes del quinto año Liceo Militar Gral. Gregorio Araoz de Lamadrid.-
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