Mons. Olivera | El amor que tenemos a Jesús se manifiesta en la intimidad que tenemos con Él, y al cual cada día debemos pedir al Señor la gracia de renovarlo, así lo señalaba el Obispo Castrense de Argentina, fue en la Homilía, al presidir la Santa Misa de Acción de Gracias en el 5° Aniversario de inicio de su Ministerio Pastoral. Fue en la mañana del jueves 30 de junio, en la Catedral Castrense, Stella Maris, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde participaron fieles castrenses.
El 28 de marzo de 2017, Su Santidad Francisco, nombraba a Mons. Santiago Olivera (entonces Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje, Córdoba), Obispo Castrense de Argentina. El 30 de junio de ese mismo año, en la Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris, iniciaba su Ministerio Pastoral en la Diócesis Castrense de Argentina, de aquel momento se cumplen hoy, cinco años.
En la Homilía de hoy, decía Mons. Santiago, “(…) gracias a cada uno de ustedes, por estar presentes en esta celebración, me da mucha alegría ver la presencia del clero, sacerdotes, hermanas y colaboradores inmediatos. Como siempre digo, destacamos el valor del gesto del salir de los compromisos cotidianos, ésta es una expresión de fraternidad y comunión que el Señor bendice más allá de quien sea Obispo, su nombre, sino el pensar en el otro, en el hermano por el cual uno se pone en camino”.
Continuando, agregaba el Obispo, “gracias de corazón por quienes se suman a esta celebración, donde nos unimos para dar gracias a Dios por estos cinco años en que estoy acompañando la Iglesia Castrense, esta Diócesis particular, personal, que es como sabemos, para cada hombre y mujer de las distintas Fuerzas, también para los que trabajan en nuestras realidades castrenses y sus familias que componen nuestra Diócesis”.
Avanzando, decía Mons. Olivera, “el texto del Evangelio que pedí que leamos hoy, no es que nos hayamos equivocado por la lectura de ayer, el día de San Pedro y San Pablo. En este texto del Evangelio de San Juan, Jesús resucitado aparece y podríamos decir, tiene la delicadeza, el gesto tan cercano de darle la posibilidad a Pedro que enmiende su negativa, tres veces le puede decir al Señor lo mucho que lo quiere”.
Profundizando, subrayaba, “este texto de Juan va dirigido siempre a cada uno de nosotros, es decir que los que seguimos a Jesús, tenemos que descubrir, que el rebaño que se nos confía, –por eso quise hoy que leamos este texto de Juan-, tiene íntima relación con el amor que le tengamos a Jesús. El amor que tenemos a Jesús se manifiesta en la intimidad que tenemos con Él, en la familiaridad que tenemos con Él, en la amistad que tenemos que tener con Jesús y al cual cada día debemos pedir al Señor la gracia de renovarlo”.
En otro párrafo, compartía Mons. Santiago, “(…) quise celebrar aquí, este día, cinco años, porque en un dialogo con el Señor, justamente uno va descubriendo la certeza de que la obra es suya. Pero también, uno va descubriendo que lo que le pasó a Pedro, lo que el evangelista anuncia, que aquí anuncia la Palabra, de que, el seguimiento, está unido a la cruz. Siempre el seguimiento en el ministerio, el seguimiento apostólico está unido a la cruz, a la ofrenda y a la entrega de la propia vida”.
Más adelante, recordaba en este nuevo aniversario, “no podía también dejar de pensar en mi lema Episcopal, que por gracia de Dios he podido escoger del Evangelio, <<Los amó hasta el extremo>>. No todos pasamos por la Cruz concretamente derramando la sangre por el martirio, pero sí, todos pasamos y lo sabemos en el día a día, de entregar nuestra propia vida, para que en nuestra vida sea anunciado el Evangelio, la radicalidad del Evangelio, el seguimiento de Jesús que nos exige salir de nosotros mismos, para dejarnos configurar por las enseñanzas del Maestro”.
En final de la Homilía, Mons. Olivera decía, “pidamos entonces al Señor, que nos de la alegría de poder decir cada día: Tú sabes que te quiero, Tú que conoces todo (…). Que prime siempre, la alegría, el gozo de saber que queremos mucho a Jesús y que lo expresaremos en mayor intimidad, no con palabras, sino con obras, que realmente lo queremos y que Él, será siempre nuestra prioridad, nuestra primacía”.-
0 comentarios