Mons. Olivera | El dialogo, el encuentro, la fraternidad será siempre el camino que hay que recorrer, en la Guerra todos perdemos, en la paz todos ganamos, así lo señaló el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía en la celebración Eucarística en vísperas del 40° Aniversario de la Guerra de Malvinas. Celebrada en la mañana del viernes 1 de abril, en la Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris, Mons. Santiago Olivera, rezó por quienes han ofrendado su vida por la Patria, por nuestros Veteranos de Guerra y por todos sus familiares.

Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron el Capellán Mayor del Ejército Argentino, Padre Eduardo Castellanos, el Capellán Mayor de la FAA, Padre César Tauro, el Capellán Mayor de GNA, Padre Jorge Massut. También el Rector de la Catedral Castrense, Padre Diego Pereyra, el Rector del Seminario Castrense, San Juan de Capistrano y Santo Cura Brochero, Padre Daniel Díaz, los Capellanes Castrenses, Padre Enrique Saguier Fonrouge, el Padre Sebastián Soto, el Padre Ricardo González, Padre Luis Ioele y el Padre Mario Calvani, asistieron fieles castrenses.

En la Homilía, Mons. Santiago decía, “es una alegría poder celebrar esta Eucaristía en esta sencillez familiar, en nuestra Iglesia Diocesana, mañana nos sumaremos a la celebración Eucarística que como Iglesia Argentina celebramos en la Basílica de Luján. En la celebración, tendremos presentes a todos los que han fallecido en la Guerra y por la Guerra de las Malvinas”.

Agregando, “(…) queremos desde la fe poner en la presencia de Dios en el Altar, la vida de cada uno de ellos. Que esta Eucaristía sea consuelo y alcance, como solo Dios lo puedo hacer a las familias de cada uno de los que tienen un hijo o un familiar fallecido. Para que reciban este reconocimiento que es creo, lo que debemos manifestar en estos 40 años como fruto de esta mirada al pasado”.

Más adelante, Mons. Olivera se refería al Evangelio, señalando, “estamos celebrando este cuarto viernes de Cuaresma, estamos viendo la suerte de Jesús y el desconocimiento de aquellos que lo escuchaban. Cuando leo este texto, cuando observo la manera de manifestarse de los Escribas, de los fariseos, de los judíos en general con respecto a Jesús, uno tiende como a entenderlos. Que el misterio grande, el que nosotros debemos ahondar como gracia, el Dios con nosotros, que Jesucristo sea la presencia de Dios, que sea la encarnación de Dios”.

Continuando, el Obispo preguntaba: “¿Y para qué Dios envía a su Hijo, por qué el Señor Dios se encarna en María? Siempre también es muy importante recordarlo, renovarlo muy en el corazón, que lo hizo por nosotros, los hombres, por nuestra salvación bajó del cielo.

La presencia de Jesús que salva, la presencia de Jesús que rescata, la presencia de Jesús que nos revela a un Padre misericordioso, cercano, amigo, que perdona, que restaura”.  

Mons. Santiago, también compartía en su Homilía, “nuestro desafío es justamente ser parecidos a Jesús, nos preparamos en sábado el Santo, en algunas comunidades se celebran Bautismos, o renovamos nuestro propio Bautismo, justamente morir al hombre viejo y nacer a la vida de Dios. Que nuestros criterios, nuestros sentimientos, nuestros pasos, sean criterios, sentimientos y pasos cristianos, por lo tanto, como los de Jesús”.

En otro párrafo, Mons. Olivera subrayó, “escuchamos en la primera Lectura, del Libro de la Sabiduría, <<los impíos entre sí, razonaban equivocadamente>>. Claro que lo hacían equivocadamente, el justo molesta, el hombre coherente molesta, el cristiano en serio, molesta”.

Añadiendo un poco más adelante, “ser cristiano es exigente, ser cristiano es difícil, es estar dispuesto a entregar la propia vida, y a sufrir toda suerte de persecución y porque así fue la vida de Jesús y así lo leemos en el Libro de la Sabiduría. Pidamos al Señor la Gracia de renovar nuestra vocación”.

En otro tramo, el Obispo se refería a este nuevo aniversario de Malvinas y también a la realidad actual del mundo, compartiendo, “(…) este tiempo difícil de guerra y de situaciones adversas, nos reunimos para renovar la certeza de la paz, los hombres y mujeres de las Fuerzas de nuestra Patria, se preparan para la preservación de la paz y para la defensa. El dialogo, el encuentro, la fraternidad será siempre el camino que hay que recorrer antes de llegar a la tragedia, tal como lo han dicho en sus magistrados los Papas en estos últimos tiempos y nos recuerda con tanta fuerza y vehemencia el Santo Padre Francisco. En la guerra todos perdemos, en la guerra, aunque haya un aparente triunfador, todos perdemos, en la paz, sin lugar a duda, todos ganamos”.

En final, Mons. Santiago, decía, “(…) rezamos por los que partieron, por quienes entregaron su vida, renovamos el deseo de que se cumpla la justicia, porque la Argentina reclama no su soberanía sobre las islas, sino el ejercicio de la soberanía sobre las Malvinas, y para eso tenemos que pedir y acompañar a aquellos que gobiernan el destino de la Nación. Para que pueda llegarse a un día, a reparar tanto mal, tanta violencia, tanta impotencia, tanta injusticia y que podamos decir, no como eslogan, que las Malvinas, son verdaderamente Argentinas”.-