MONS. OLIVERA | Enrique Shaw plasmó en su vida el Evangelio, amó a Dios sobre todas las cosas, pero también al prójimo, así lo expresó el Delegado Episcopal para las Causas de los Santos y Obispo Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad al compartir la Homilía en la Santa Misa al conmemorarse el 62° aniversario del fallecimiento del Venerable Siervo de Dios. Fue en la noche del 27 de agosto, en la Basílica Ntra. Sra. del Pilar, en el barrio de Recoleta, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera, concelebraron el Capellán Mayor de la Armada Argentina, Padre Francisco Rostom Maderna, el Rector del Seminario Diocesano, Padre Daniel Díaz Ramos, el Rector de la Catedral Castrense, Stella Maris, Padre Diego Pereyra, los Capellanes Castrenses, Padre Enrique Saguier Fonruge, Padre Sergio Danielis, Padre Hernán Vigna, el Pbro. Gustavo Boquin, el Vicerrector de Formación Integral de la Universidad Católica Argentina (UCA), y Sacerdotes de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Participaron, Miguel Ángel Schiavone Rector de la UCA, Silvia Bulla Presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), hijos y nietos del Venerable Siervo de Dios Enrique Shaw, amigos y fieles.
En la Homilía, Mons. Santiago señalaba, “el Señor escucha la oración de su pueblo, Enrique Shaw -padre de familia, empresario con pasión por sus obreros, esposo con amor para siempre- hizo, hace y seguirá haciendo tanto bien con su vida, cuando la Iglesia lo confirme, si es su voluntad, como beato, santo, será como un faro”.
Profundizando, el Obispo agregó, “los santos son hombres y mujeres de carne y hueso, débiles, como nosotros; nos recuerdan que la santidad es posible y es para todos. Sólo a algunos la Iglesia los pone como modelos, pero hay innumerables santos. Santa Mónica, que rezó y lloró por la conversión de su marido y de su hijo, San Agustín, gran obispo de la Iglesia, la conversión es posible, encontrar la alegría del encuentro con Jesús”.
Completando, Mons. Olivera reflexionaba diciendo, “a veces nos duele ver a la Patria alejada de Dios, de los valores evangélicos. Enrique Shaw plasmó en su vida el Evangelio, amó a Dios sobre todas las cosas, pero también al prójimo, profundizó en la doctrina social de la Iglesia, vio a los obreros como parte de la familia”. –
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