Mons. Olivera | No hay nada que pueda anteponerse al amor Evangélico que Jesús nos propone vivir

4 marzo, 2022

Mons. Olivera | No hay nada que pueda anteponerse al amor Evangélico que Jesús nos propone vivir, así lo expresaba el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía durante la celebración de la Santa Misa. Fue en la mañana del viernes 4 de marzo en la Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fecha histórica para la Iglesia Diocesana Castrense de Argentina donde se recibió la visita del Obispo Castrense del Reino Unido, Mons. Paul James Mason.

Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron, Mons. Mason, Obispo Castrense del Reino Unido, el Vicario General, Mons. Gustavo Acuña, el Canciller y Capellán Mayor de la Armada Argentina, Padre Francisco Rostom Maderna, el Capellán Mayor del Ejército Argentino, Padre Eduardo Castellanos, el Capellán Mayor de Fuerza Aérea Argentina, Padre César Tauro. También fueron concelebrantes, el Capellán Mayor de GNA, Padre Jorge Massut, el Capellán Mayor de PNA, Padre Diego Tibaldo, el Capellán Mayor de PSA, Padre Rubén Bonacina, el Rector de la Iglesia Catedral, Padre Diego Pereyra, el Rector del Seminario Castrense, Padre Daniel Díaz, el Vicario General del Obispado Castrense del Reino Unido, Padre Nick Gosnell, el Capellán de la Real Armada, Padre David Conroy, el Capellán de Real Fuerza Aérea, Padre Iam Stevenson, el Diacono, Dave Skillen, Capellanes Castrenses de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad de Argentina, participaron el Coro de la Escuela de GNA Don Martín Miguel Güemes, fieles castrenses, veteranos de guerra ingleses y argentinos.

En la Homilía, Mons. Santiago, hacía pública su alegría y también recordaba que todo, es decir, este vínculo de amistad con la Iglesia Diocesana Castrense del Reino Unido y la visita de su Obispo, nacía gracias a la iniciativa del grupo laico, La Fe del Centurión. Así, lo narraba, “para nosotros como Iglesia, es un momento histórico, de mucha alegría, que no comienza hoy, sino que inició cuando el grupo, «La Fe del Centurión», nos invitó a que pongamos en camino la posibilidad de que la imagen de la Virgen de Luján, a quien llamamos Virgen de Luján Malvinera pudiera regresar al país”.

En el repaso de la historia, Mons. Olivera también subrayó que aquel 30 de octubre de 2019, fecha en que se produjo la bendición del Santo Padre de las imágenes y el retorno de nuestra Madre de Luján Malvinera, Mons. Masón había planteado, poder llegar a Argentina. Así lo contaba, “el Obispo, Mons. Paul Mason nos había dicho en Roma, en aquel encuentro, que este era el comienzo de una gran relación de amistad, y que tenía intención de visitarnos, de venir a Buenos Aires, situación que debió posponerse por la pandemia de COVID-19”.

Continuando, agregó Mons. Santiago, “este año, en que se cumplen 40 años de la Guerra de Malvinas, el grupo «La Fe del Centurión», en este marco, han organizado un encuentro de fraternidad uniendo a ingleses y argentinos para rezar como hermanos. En tal sentido, vienen organizando para este próximo 6 y 7 de marzo, para aquí en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y en Luján celebrar juntos como hermanos la fe”.

Añadiendo, también, “generosamente, Mons. Mason ha querido unirse, ha querido responder a esta invitación y ha podido concretar esta venida a nuestra Patria. Éste, es un momento histórico, que habla más allá de las palabras, el gesto, el encuentro, la fraternidad en este presente. En este mundo, en donde hoy somos testigos de la aberración de la guerra, la no valoración de la vida, el hecho de que, desde aquí, desde nuestro suelo, nuestra Patria, en nuestra Iglesia Catedral y también en la Basílica de Luján, podamos rezar por la fraternidad y el encuentro nos llena orgullo”.

Sobre esto último, el Obispo Castrense de Argentina, decía, “(…) rezaremos, en el marco de este nuevo tiempo de Cuaresma, el cual nos invita a volver nuestro corazón, nuestra inteligencia a los pasos de Jesús. No puede ser más oportuno que nos toque en este momento, este encuentro, porque es el tiempo en que se nos invita con las prácticas de la oración a estar en mayor comunión con Dios”.

En otro párrafo, Mons. Santiago compartía, “damos gracias por este Santo tiempo que empezamos a vivir, me gusta repetir una y otra vez que no es un tiempo más en nuestra vida, sino un nuevo tiempo. Un tiempo de gracia, un tiempo favorable, un tiempo en que cada día debemos renovar nuestro deseo de seguir a Jesús, (…)”.

Avanzando, el Obispo, repasaba un fragmento de la Encíclica de Su Santidad Francisco, Fratelli Tutti que fuera citada ayer por Daniel Doronzoro (integrante de La Fe del Centurión), en la recepción que realizara la Sra. Embajadora del Reino Unido en Argentina. Al respecto, decía, “(…) me gustaría compartirlo con ustedes, pues le da el marco, el sentido de este encuentro organizado por nuestros hermanos de “La Fe del Centurión” y que como Iglesias Diocesanas Castrense del Reino Unido y Argentina nos unimos y acompañamos en este camino Sinodal.

En el cual escuchamos la voz de nuestro pueblo, concretamente de nuestros hermanos que nos han dado la posibilidad de a 40 años del conflicto, poder encontrarnos, superar barreras, desencuentros, caminos de violencias para recuperar aquellas cosas que creemos y deseamos tener.

Dice el Papa Francisco: «el amor nos pone finalmente en tensión hacia la comunión universal. Nadie madura ni alcanza su plenitud aislándose. Por su propia dinámica, el amor reclama una creciente apertura, mayor capacidad de acoger a otros, en una aventura nunca acabada que integra todas las periferias hacia un pleno sentido de pertenencia mutua. Jesús nos decía: <<todos ustedes son hermanos>> (Mt 23,8).

Está necesidad de ir más allá de los propios límites vale también para las distintas regiones y países. De hecho, <<el número cada vez mayor de interdependencias y de comunicaciones que se entrecruzan en nuestro planeta hace más palpable la conciencia de que todas las naciones de la tierra […] comparten un destino común. En los dinamismos de la historia, a pesar de la diversidad de etnias, sociedades y culturas, vemos sembrada la vocación de formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos y los otros>>”.

Finalmente, Mons. Santiago, señaló, “uniéndonos a estos hermanos de “La Fe del Centurión”, queremos como Iglesia Diocesana Castrense de Argentina, como Iglesia Argentina unirnos a nuestra Iglesia hermana. Rostros concretos, hombres y mujeres concretos pidiendo al Señor, que podamos crecer en el amor y en el encuentro.

Que podamos plasmar el Evangelio con toda su exigencia, aquella a la que nos invita y nos recuerda el Señor tantas veces, a vivir en el amor sin límites. Que este sencillo homenaje, está grandiosa Eucaristía nos sirva a todos para amar en el camino que nos invita Jesús a amar. Que no hay ideología, que no hay nada que se pueda anteponerse al amor Evangélico que Jesús nos propone vivir”.

Antes de finalizar del Eucaristía y Bendición, Mons. Poul Mason compartía unas palabras con los presentes, lo hacía en lengua italiana, idioma elegido para poder comunicarse con todos. Allí, destacó, se ha logrado una amistad, y ella dará fecundidad, agradeciendo la presencia de todos, y en especial el recibimiento de Mons. Santiago Olivera.-

A continuación, compartimos en forma completa la Homilía de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina:

Visita de Mons. Paul James Mason

Homilía de Mons. Santiago Olivera

Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris

04-03-2022-CABA

Para nosotros como Iglesia es éste un momento histórico, de mucha alegría, que no comienza hoy, sino que se inició cuando el grupo de laicos, «La Fe del Centurión», nos invitó a que “pongamos en consideración” la posibilidad de que la imagen de la Virgen de Luján, a quien llamamos Virgen de Luján Malvinera, pudiera regresar al país.

Esta imagen que había partido desde aquí con un Capellán Castrense de la Fuerza Área Argentina (FAA) para las Malvinas, y gracias a la generosidad de un Capellán Castrense inglés, permaneció por 37 años en la Iglesia Catedral Castrense de Gran Bretaña, según está escrito su relato: “…una vez retiradas nuestras tropas, llevamos la imagen de la Virgen a la Iglesia Catedral Castrense, San Miguel y San Jorge para rezar por los caídos ingleses y argentinos”.

Fue así, que en diálogo con el Obispo, Mons. Paul James Mason iniciamos este encuentro para poder generar la posibilidad de que la Imagen pudiera volver a nuestra Patria. Y también, con la intuición y el pedido de Mons. Mason de que el Santo Padre se enterara y participara de este “retorno a casa” de la Virgen.

Todo eso, se concretó el 30 de octubre de 2019. Al finalizar la Audiencia General del Santo Padre, el Papa Francisco se acercó a nosotros, ingleses y argentinos, bendiciendo las imágenes en la misma Plaza San Pedro. Así, comenzaba el retorno de la Virgen de Luján Malvinera a nuestra Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris, y más que nada a nuestra Patria, puesto que la idea es que peregrine por todo el país, pero luego llegó la pandemia y todo se frenó, y eso hizo que María se quedara en casa.

Actualmente, la Madre se encuentra entronizada en su Capilla, en nuestra Catedral, permanecerá allí, mientras no esté peregrinando. El Obispo, Mons. Paul Mason nos había dicho en Roma, en aquel encuentro, que éste era el comienzo de una gran relación de amistad, y que tenía intención de visitarnos, de venir a Buenos Aires, situación que debió posponerse por la pandemia de COVID-19.

Este año, en el marco en que se cumplen 40 años de la Guerra de Malvinas, el grupo de «La Fe del Centurión», ha organizado un encuentro de fraternidad, uniendo a ingleses y argentinos para rezar juntos, y el próximo 6 y 7 de marzo, aquí en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y en la Basílica de Luján podremos celebrar juntos como hermanos la fe.

Generosamente, Mons. Mason ha querido unirse, ha querido responder a esta invitación y ha podido concretar esta venida a nuestra Patria. Por esto, insisto en que éste, es un momento histórico, que habla más allá de las palabras; con el gesto, el encuentro, la fraternidad en este presente. En este mundo, en donde hoy somos testigos de la aberración de la guerra, la no valoración de la vida, el hecho de que, desde aquí, desde nuestro suelo, nuestra Patria, en nuestra Iglesia Catedral y también en la Basílica de Luján, podamos rezar por la fraternidad y el encuentro nos llena orgullo.

Lo hacemos también en el marco de este nuevo tiempo de Cuaresma, en el cual se nos invita a volver nuestro corazón, nuestra inteligencia tras los pasos de Jesús. No puede ser más oportuno que este encuentro, nos toque en este tiempo, porque es en el que se nos invita, con las prácticas de la oración, a estar en mayor comunión con Dios y con los hombres en la generosidad y en la limosna, y a no cerrar los ojos a toda miseria humana viendo a todos como hermanos. Verdaderamente el tiempo de Cuaresma es el tiempo en que se nos ayuda a vivir en comunión con el prójimo, a palpar de verdad que somos hermanos.

Este tiempo de Cuaresma es el tiempo también que nos ayuda a dominar nuestros instintos, para vencernos a nosotros mismos y configurarnos cada vez más con Jesús, por eso el ayuno que es una expresión del dominio de sí. Pero un ayuno, tal como hemos leído en la Primera Lectura del Profeta, que no es un ayuno exterior o manifestación de medidas exteriores, sino que toca el corazón. En la línea del antiguo Testamento y que toma plenitud en el Nuevo, el verdadero ayuno, el verdadero sacrificio, la verdadera oración que el Señor quiere, es justamente cuando toda nuestra vida interior, nos implica y nos supone la fraternidad con el hermano, la cercanía con el otro, el trabajar por la justicia y por la paz.

Damos gracias por este Santo tiempo que empezamos a vivir; me gusta repetir una y otra vez que no es un tiempo más en nuestra vida, sino un nuevo tiempo. Un tiempo de gracia, un tiempo favorable, un tiempo en que cada día debemos renovar nuestro deseo de seguir a Jesús, porque también es el tiempo en el cual nos sentimos frágiles, necesitados pobres y pecadores.

Es el tiempo favorable, para que el ayuno, para que nuestra oración, para que nuestra limosna esté en unidad con la Pasión de Cristo, porque nos prepara para la Pascua, porque a la Pascua se llega por la muerte de Jesús, por la Pasión, por su entrega, que sabemos, no es la última Palabra, sino que se traduce como la vida en Plenitud.

Ayer, en la sede de la Embajada Británica en Argentina, la Sra. Embajadora nos invitó a una recepción a veteranos de guerra ingleses y argentinos, a nosotros, los Obispos, al grupo de laicos “La Fe del Centurión”, y allí, Daniel Doronzoro, cara visible de este grupo que fomentó este encuentro, en un momento compartió unas sencillas pero profundas palabras, basándose en la Encíclica del Santo Padre Francisco, Fratelli Tutti, tomando de ellas dos puntos que me gustaría que podamos compartir, pues le da el marco, el sentido de este encuentro organizado por nuestros hermanos de “La Fe del Centurión” y que como Iglesias Diocesanas Castrenses del Reino Unido y Argentina nos unimos y acompañamos en este camino Sinodal, en el cual escuchamos la voz de nuestro pueblo, concretamente de estos hermanos, que nos han dado la posibilidad de que a 40 años del conflicto, podamos encontrarnos, superar barreras, desencuentros y caminos de violencias para recuperar aquellas cosas que creemos y deseamos tener.

Dice el Papa Francisco: «…el amor nos pone finalmente en tensión hacia la comunión universal. Nadie madura ni alcanza su plenitud aislándose. Por su propia dinámica, el amor reclama una creciente apertura, mayor capacidad de acoger a otros, en una aventura nunca acabada que integra todas las periferias hacia un pleno sentido de pertenencia mutua. Jesús nos decía: <<todos ustedes son hermanos>> (Mt 23,8).

Esta necesidad de ir más allá de los propios límites vale también para las distintas regiones y países. De hecho, <<el número cada vez mayor de interdependencias y de comunicaciones que se entrecruzan en nuestro planeta hace más palpable la conciencia de que todas las naciones de la tierra […] comparten un destino común. En los dinamismos de la historia, a pesar de la diversidad de etnias, sociedades y culturas, vemos sembrada la vocación de formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos y los otros>>.

Uniéndonos a estos hermanos de “La Fe del Centurión”, queremos como Iglesia Diocesana Castrense, como Iglesia Argentina, unirnos a nuestra Iglesia hermana. Con rostros concretos, hombres y mujeres concretos pidiendo al Señor, que podamos crecer en el amor y en el encuentro.

Que podamos plasmar el Evangelio con toda su exigencia, en que se nos invita y nos recuerda el Señor tantas veces: A vivir en el amor sin límites; a vivir el amor hasta el extremo, en el vivir  el amor sin exclusión, en vivir el amor hacia a todos y en el primeriar el amor, como diría el Papa Francisco.

Que este sencillo homenaje, en esta grandiosa Eucaristía, nos sirva a todos para amar, en el camino que nos invita Jesús a amar. Que no hay ideología, que no hay nada que pueda anteponerse al amor Evangélico que Jesús nos propone vivir. Que así, sea.

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