Mons. Olivera | Que, como María, ante las cosas que nos faltan en nuestra vida y en nuestro país podamos decir, <<hagan lo que Él les diga>>, así lo señaló el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía en la fiesta de Ntra. Sra. Stella Maris. Fue en la celebración Eucarística presidida por el Obispo Castrense de Argentina, en la Iglesia Catedral Castrense en la mañana del 18 de agosto, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde festejó el día de la Santa Patrona de la Armada Argentina, la PNA (Prefectura Naval Argentina), la Marina Mercante y de la Catedral Castrense y también el 15° aniversario de su Ordenación Episcopal.

Mons. Santiago, luego de saludar a los presentes, compartía, “(…) hoy, es un día de fiesta y siempre tenemos que hacer el esfuerzo de que la fiesta que nosotros celebramos de un modo exterior, donde nos hemos reunido en esta Iglesia Catedral, -que me gusta repetir una y otra vez- es signo de pertenencia y unidad”.Continuando, el Obispo decía, “escuchamos en la primera Lectura a los que llamó, los que predestinó para configurarnos con Jesús, nosotros estamos llamados a tener sus sentimientos, sus actitudes, sus modos, sus maneras y esto siempre tenemos que tenerlo presente. La Catedral es, signo de unidad, de pertenencia, por eso cada vez que hacemos el esfuerzo de llegar cuando nos convocamos a una celebración castrense y en esta Catedral, también somos parte de manifestar la unidad y pertenencia y que, quiero agradecer”.

En otro párrafo, Mons. Olivera señaló, “celebramos hoy la Patrona Stella Maris, titular de esta Iglesia, pero también la Patrona de la Armada Argentina, de la PNA y de la Marina Mercante, es una buena oportunidad entonces para poner nuestra mirada en la Virgen, en la siempre fiel. Stella Maris es una advocación sin un origen preciso. En general los marinos así la veneran desde tiempo inmemorial, pues en la oscuridad de la noche, los navegantes durante siglos navegaron guiándose por las estrellas para llegar a puerto. Para los creyentes, María es la Estrella que nos guía al puerto final, el de la bienaventuranza eterna”.

Además, el Obispo recordaba, “(…) hace 15 años fui ordenado Obispo por las manos de mi querido Padre y Obispo, Monseñor Justo Laguna, llamado por el Papa Benedicto XVI para servir a la Iglesia primero en la Diócesis de Cruz del Eje y luego desde 2017 en esta Iglesia particular que peregrina en el Obispado para las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad. Digo feliz coincidencia porque cuando fui elegido Obispo hace 15 años, elegí como lema Episcopal “Los amó hasta el extremo”, y no deja de sorprenderme también, mirando mi vida desde la Providencia, que fui enviado ahora, en estos últimos años a servir a mi pueblo que tiene, como podríamos decir, un lema en la vida: entregar la vida sin límites, hasta el extremo por defender a la Patria, por defendernos y cuidarnos a cada uno de nosotros. Y ese día que me ordené, allí en la Catedral de Morón, les compartía una expresión de San Agustín, que siempre me llega mucho, que toca el corazón, donde este gran santo dice, <con ustedes cristiano y para ustedes obispo>”.

Prosiguiendo, Mons. Olivera dijo, “hemos escuchado la Lectura de las Bodas de Caná que conocemos tanto, a uno no lo deja de sorprender este texto de la presencia de María en una sencilla fiesta de unos novios. María estuvo atenta, María se dio cuenta de una cosa sencilla que podría dar vergüenza a los novios, que traían una dificultad, que faltaba vino para seguir celebrando he intercede ante su Hijo”.

Profundizando, el Obispo reflexionaba, “(…) un corazón de Madre late en el cielo, un corazón de carne late en el cielo he intercede ante Jesús por aquellas necesidades.  Hay necesidades, cosas que nos faltan, sin duda en nuestra propia vida, ¡cuántas cosas nos faltan! cada uno podrá ver qué cosas nos faltan. A veces nos faltan en nuestras propias familias, en nuestras propias instituciones, podríamos decir que nos falta dialogo, fraternidad o que nos falta transitar por la justicia, por la amistad, por la verdad”.

Añadiendo, Mons. Santiago, continuaba señalando, “también en nuestra Patria nos faltan cosas, estamos siendo testigos de tanas cosas que nos faltan; vivimos como enfrentados, agrietados, vivimos con la mentira que veces quiere imponerse como verdad. Relatos que nos son verdaderos y sin embargo a veces quieren quedarse entre nosotros. ¡Nos faltan tantas cosas en nuestro país! Y ante esto, podríamos decir como María, <<hagan lo que Él les diga>>”.

Entonces, el Obispo expresó, “Jesús nos enseña a transitar caminos de auténtica justicia social, y esta palabra la digo con fuerza, porque la justicia social es parte de nuestro Evangelio, de nuestra realidad”. Completando, antes de finalizar, Mons. Olivera dijo, “que esta palabra contundente y confiada de la Virgen sea una realidad para nuestra vida, cuando nos levantamos, cuando nos acostamos podríamos decir: quiero hacer lo que Jesús me dice. ¿Y cómo lo escucho, cómo sé que Jesús me está diciendo algo? Sin duda en la vida interior, en la vida de oración, en la vida sacramental, en la escucha y en la meditación de la Palabra de Dios, en la sinceridad y en la unidad de nuestra vida, en la coherencia de una fe que se plasma en nuestra vida”.-