MONS. OLIVERA | Que Dios los bendiga, que tengamos un santo tiempo de Adviento, que deseemos de verdad que el Señor venga a nuestro corazón y nos transforme, así lo expresaba, así lo expresaba el Obispo Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad de Argentina al compartir su mensaje en vísperas del inicio del nuevo Santo tiempo de Adviento. Entre sus palabras compartidas, Mons. Santiago Olivera subrayaba, “me da mucha alegría poder en este nuevo Adviento compartirles este breve mensaje, he insistí en decir nuevo, porque no es un Aviento más en nuestra vida, sino, es nuevo.
El Adviento nos habla de llegada, el Adviento nos habla de venida, por lo tanto, el Adviento nos habla de presencia”. Más adelante, el Obispo reflexionaba diciendo, “nuestra misión como Iglesia Castrense es anunciar con nuestras vidas el Evangelio, el Evangelio que debe tocar hondo nuestras raíces que nos invita a la conversión, esto es, preparar el corazón, preparar el lugar para que Dios nos renueve y transforme.
Mucho tenemos que transformar personalmente, mucho tenemos que transformar como sociedad, como ámbito de la cultura de nuestro país para ser auténticamente cristianos, para pensar en clave de fraternidad y de encuentro”. Cerrando su mensaje, recordó, “(…) nos encontraremos para celebrar el inicio del Jubileo que en el mundo por iniciativa del Papa Francisco comenzará el 24 de diciembre, pero aquí, en nuestra Catedral Castrense, Stella Maris, el 29 de diciembre, a las 11 de la mañana inauguraremos el año Jubilar, año Santo 2025. Feliz tiempo del Adviento”.
A continuación, transcribimos el mensaje de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad:
Queridos hermanos del extenso Obispado Castrense y para las Fuerzas Federales de Seguridad de la República Argentina, un obispado que como sabemos está dirigido a acompañar la vida espiritual de cada hombre y mujer de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Federales de Seguridad y sus familias. También a quienes trabajan en las distintas realidades castrenses, en Quinta Presidencial de Olivos, en Casa de Gobierno, en Hospitales, en los hogares de personas adultas, los que trabajan en las distintas ámbitos y dependencias, a ellos queremos servir porque, la Iglesia nos ha confiado la vida espiritual de cada uno de ustedes, fieles castrenses.
Me da mucha alegría poder en este nuevo Adviento compartirles este breve mensaje, he insistí en decir nuevo, porque no es un Aviento más en nuestra vida, sino, es nuevo. El Adviento nos habla de llegada, el Adviento nos habla de venida, por lo tanto, el Adviento nos habla de presencia.
Recordaremos en este nuevo tiempo que comenzamos este primero de diciembre a pensar y preparar nuestro corazón para que el Señor, que ya vino, pero que vendrá en este presente que nos toca sea bien recibido en nuestro corazón. Sabemos por la Escritura que el Señor no había tenido lugar, San José y la Virgen Santísima no tuvieron lugar en la posada para darle al Dios con nosotros.
Queremos renovar el deseo de que en nuestro corazón y en nuestra vida sea, auténticamente el lugar donde Dios vuelva a hacerse presente, ciertamente que Jesús nazca en nuestras vidas. Nuestra misión como Iglesia Castrense es anunciar con nuestras vidas el Evangelio, el Evangelio que debe tocar hondo nuestras raíces que nos invita a la conversión, esto es, preparar el corazón, preparar el lugar para que Dios nos renueve y transforme.
Mucho tenemos que transformar personalmente, mucho tenemos que transformar como sociedad, como ámbito de la cultura de nuestro país para ser auténticamente cristianos, para pensar en clave de fraternidad y de encuentro. No más enfrentamientos ni odio, no más actitudes que son de venganza y lo sabemos y lo sufrimos en nuestra familia castrense.
Que Dios los bendiga, que tengamos un santo tiempo de Adviento, que deseemos de verdad que el Señor venga a nuestro corazón, nos transforme y, por lo tanto, esa transformación individual transforme las realidades de cada lugar, de cada espacio de nuestra comunidad Diocesana. Bendiciones y nos encontraremos para celebrar el inicio del Jubileo que en el mundo por iniciativa del Papa Francisco comenzará el 24 de diciembre, pero aquí, en nuestra Catedral Castrense, Stella Maris, el 29 de diciembre, a las 11 de la mañana inauguraremos el año Jubilar, año Santo 2025. Feliz tiempo del Adviento.
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