Mons. Olivera | Que la Virgen Lauretana, Madre y Protectora de las Alas de la Patria, elevada sobre las contingencias de lo efímero, los proteja con su manto y los cubra, así lo señaló el Obispo Castrense de Argentina, al compartir la invocación religiosa durante la ceremonia de egreso de los Suboficiales Cadetes y Cadetes de IV Año de esta Promoción 88. Fue en la tarde del lunes 12 de diciembre, en la ceremonia desarrollada en la Escuela de Aviación Militar, de la Fuerza Aérea Argentina, en la ciudad de Córdoba capital.
Mons. Santiago Olivera, arribaba en la misma tarde a la capital cordobesa, en un vuelo de la Fuerza Aérea Argentina procedente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que partía desde el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, junto a la comitiva de las Fuerza Armada. El acto fue presidido por el Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier General Xavier Julián Isaac, quien estuvo acompañado por el Subjefe de Estado Mayor Conjunto, Brigadier Mayor Pedro Esteban Girardi, el Subjefe del Estado Mayor General, Brigadier Mayor Hugo E. Schaub, el Director de la Escuela de Aviación Militar, Brigadier Marcelo José Monetto, el Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera, efectivos de la Fuerza Aérea Argentina, Cadetes, Suboficiales Cadetes, familiares e invitados.
En la invocación religiosa, Mons. Santiago, pedía al Señor, “guíalos con seguridad por el difícil camino de la generosidad y de la entrega abnegada; que sepan sobreponerse – con valentía y honestidad – a las tentaciones que en nuestros días
encontrarán en los caminos de la vida. Que no pierdan nunca el norte de los PRINCIPIOS y VALORES que inspiraron a los grandes pioneros y héroes de la PATRIA (…). Agregando en el final, “que la Virgen Lauretana, Madre y Protectora de las Alas de la Patria, elevada sobre las contingencias de lo efímero, los proteja con su manto y los cubra con aquellas alas maternales que se despliegan ante el viento de tu Gracia”.
A continuación, compartimos en forma completa la invocación religiosa de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina:
Escuela de Aviación Militar
Ceremonia de Egreso de Suboficiales Cadetes y Cadetes de IV Año
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Señor, Padre Bueno y siempre Fiel,
nuestra vida está en tus manos siempre;
y la generosidad de tu Providencia
todo lo dispone para nuestro bien,
aún cuando los obstáculos parezcan invencibles
y las dificultades insalvables.
Con la Sabiduría de tu Santo Espíritu guías los acontecimientos
y sales a nuestro encuentro para que te recibamos en la FE
y, mediante el amor, seamos un signo de tu Presencia
en medio nuestro.
Dirige tu Mirada sobre quienes hoy te invocamos;
que el Egreso de los Suboficiales Cadetes y Cadetes de IV Año
de esta Promoción 88, sea una ocasión propicia
para darte gracias, al ver coronados los esfuerzos de cuantos
han tenido en sus manos la responsabilidad de formar
a esta nueva generación de Oficiales, que un día serán la conducción de Ntra. Gloriosa FAA.
Guíalos con seguridad por el difícil camino de la generosidad
y de la entrega abnegada; que sepan sobreponerse
– con valentía y honestidad – a las tentaciones que en nuestros días
encontrarán en los caminos de la vida.
Que no pierdan nunca el norte de los Principios y Valores
que inspiraron a los grandes pioneros y héroes de la Patria;
que sus méritos sea el horizonte de sus logros
y que sepan honrar con su testimonio
la nobleza de la vocación que han recibido
y la singular profesión que han abrazado.
Que sus familiares y amigos
experimenten el orgullo de verlos como hombres y mujeres de bien;
y sus conciudadanos sepan reconocerlos como tales,
ganándose el respeto
que la dignidad de su desempeño les exige.
Por eso, Señor, en prenda del futuro que los aguarda
dígnate bendecirlos y bendecir † – también –
los diplomas y despachos que ellos van a recibir,
y que son la manifestación externa de ilusiones,
anhelos, temores y esperanzas.
Que la Virgen Lauretana, Madre y Protectora de las Alas de la Patria,
elevada sobre las contingencias de lo efímero,
los proteja con su manto y los cubra con aquellas alas maternales
que se despliegan ante el viento de tu Gracia.
Te lo pedimos, por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
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