Mons. Olivera | Renovemos la certeza de la presencia de María en nuestras vidas, en nuestras Instituciones, en nuestra Patria, porque sabemos que nos faltan tantas cosas y ella lo sabe también, ella está atenta e intercede ante su Hijo

18 agosto, 2022

Mons. Olivera | Renovemos la certeza de la presencia de María en nuestras vidas, en nuestras Instituciones, en nuestra Patria, porque sabemos que nos faltan tantas cosas… y ella lo sabe también, ella está atenta e intercede ante su Hijo, así lo pidió el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía, en la festividad de Ntra. Sra. Stella Maris. Fue en la mañana del jueves 18 de agosto, en la Iglesia Catedral Castrense, Stella Maris, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Ntra. Stella Maris, es Patrona de la Armada Argentina, la Prefectura Naval Argentina (PNA), la Marina Mercante y es Patrona de la Iglesia Catedral, este día también, se conmemora el 14° aniversario de Consagración Episcopal de Mons. Santiago. Presidió la Santa Misa, el Obispo Castrense de Argentina, Mons. Olivera, concelebraron Capellanes de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, participaron autoridades de la Armada Argentina, PNA, efectivos y fieles castrenses.

En la Homilía, Mons. Santiago decía, “para los creyentes, para nosotros, María es la Estrella que nos guía al puerto final, el de la bienaventuranza eterna, al cielo esperado y prometido. Ciertamente es muy consolador este título mariano, que nos habla de la presencia maternal de María en las difíciles inclemencias de “nuestros tiempos” y también en las serenas situaciones que nos tocan navegar por el mar de la vida”.

Continuando, el Obispo compartía, además, “cada 18 de agosto es un día especial para los fieles castrenses al celebrar a la Titular de la Iglesia Catedral, sede del Obispo, y particularmente para los integrantes de la Armada, Prefectura Naval y Marina Mercante que la tienen como Patrona, (…). También para mí es motivo de agradecimiento al celebrar un nuevo aniversario de mi ordenación episcopal, para servir a la Iglesia primero en la Diócesis de Cruz del Eje y desde 2017 a esta Iglesia particular que peregrina en el Obispado para las Fuerzas Armadas y Federales de Seguridad”.

En otro párrafo, Mons. Olivera repasaba, además, “en estos cinco años en que voy recorriendo la extensa diócesis, he descubierto una vida admirable de Fe Cristiana, amor y sentido de familia, junto a una sólida adhesión a la Persona y propuesta de Jesús. A través de estas palabras, quiero expresar el respeto y hondo afecto que profeso por cada integrante de las fuerzas que componen nuestro Obispado, con quienes nos encontramos en la celebración de la titular de cada Fuerza, hoy en particular con los integrantes de Armada Argentina y Prefectura Naval Argentina”.

Más adelante, el Obispo recordó, “quiero compartir con ustedes las palabras que San Juan Pablo II, en la mañana del 4 de abril de 1992, hace un poco más de 30 años, dijo ante mi predecesor Mons. Norberto Eugenio Martina con motivo de la bendición de esta imagen: «Recordando que entonces la Cruz de Cristo llegó a través de los mares, ahora os acompaña en esta travesía oceánica la imagen de la Virgen Stella Maris, que habéis traído a este encuentro para que sea bendecida por el Papa y que a su regreso presidirá, como Patrona, la Iglesia Catedral del Obispado Castrense de la querida Nación Argentina. Os entrego, pues, esta imagen que he bendecido con grande veneración, recordándoos que la Virgen María, a la que invocamos también como Estrella de la Evangelización, sigue acompañando siempre la obra salvífica de su Hijo. Que en la singladura de vuestra vida sea Ella la que os ayude a seguir fielmente a Cristo.»”

Completando, Mons. Santiago compartió, “como hemos escuchado en el Evangelio que conocemos como el de las Bodas de Caná, ella, con confianza y decisión dice a los sirvientes ante la falta del vino que podía, esa falta que podría opacar la fiesta, con dolor y vergüenza: “Hagan lo que EL les diga”, María vio la necesidad e intercedió. Podemos renovar cada uno de nosotros, los que estamos aquí y los que nos siguen por los medios, podemos renovar la certeza de la presencia de María en nuestras vidas, en nuestras Instituciones, en nuestra Patria, porque sabemos que nos faltan tantas cosas… y ella lo sabe también, ella está atenta e intercede ante su Hijo”.

A continuación, compartimos en forma completa la Homilía de Mons. Santiago Olivera:

HOMILÍA

18 DE AGOSTO 2022

MISA ROMANOS 8,26-30 JUAN 2,1-11

Para nuestra Iglesia Diocesana Castrense es un día muy importante, porque no solo celebramos la Fiesta Patronal de la Armada Argentina, de la PNA sino también celebramos a la Patrona de nuestra Iglesia Catedral, signo de la comunión, podríamos decir expresión en conjunto, de la presencia de todas las Fuerzas, gracias a la presencia de todos los Jefes. También es una alegría contar con la presencia de los Capellanes de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad, signo de la comunión y de la colaboración con el Obispo en esta misión que se nos ha encomendado a los hombres y mujeres de las Fuerzas.  

Renovamos con mucha alegría el poder celebrar un año más, la Fiesta de la Bienaventurada Virgen María, bajo la advocación de Stella Maris, Patrona de la Armada y Prefectura Naval y Marina Mercante y Titular de esta Iglesia Catedral. Sinceramente, nos alegra muchos la presencias de ustedes, sabemos del esfuerzo, autoridades de las distintas fuerzas, fieles y sin duda queridos padres capellanes, hermanos en el único sacerdocio de Jesús, pero sabemos también que estos gestos fortalecen nuestro ministerio y nuestra común pertenencia.

Stella Maris es una advocación sin origen preciso. En general los marinos así la veneran desde tiempo inmemorial, pues en la oscuridad de la noche, los navegantes durante siglos navegaron guiándose por las estrellas para llegar a puerto. San Jerónimo en el siglo IV, San Isidoro de Sevilla en el siglo VI y otros en los siguientes siglos han visto a María como la “Estrella de Mar”. Para los creyentes, para nosotros, María es la Estrella que nos guía al puerto final, el de la bienaventuranza eterna, al cielo esperado y prometido. Ciertamente es muy consolador este título mariano, que nos habla de la presencia maternal de María en las difíciles inclemencias de “nuestros tiempos” y también en las serenas situaciones que nos tocan navegar por el mar de la vida.

Cada 18 de agosto es un día especial para los fieles castrenses al celebrar a la Titular de la Iglesia Catedral, sede del Obispo, y particularmente para los integrantes de la Armada, Prefectura Naval y Marina Mercante que la tienen como Patrona, unos desde el 18 de agosto de 1937 y otros desde el 10 de octubre de 1948, al principio esta fiesta se festejó el último viernes de noviembre y luego se instituyó como fiesta en este día. También para mí es motivo de agradecimiento al celebrar un nuevo aniversario de mi ordenación episcopal, para servir a la Iglesia primero en la Diócesis de Cruz del Eje y desde 2017 a esta Iglesia particular que peregrina en el Obispado para las Fuerzas Armadas y Federales de Seguridad. Celebrar un nuevo aniversario episcopal con ustedes y entre ustedes me llena de gozo, de gratitud y de compromiso. Como tan extraordinariamente bien expresa San Agustín sobre si con respecto al Episcopado: “Con ustedes cristiano para ustedes obispo”, así me identifico y como cristiano y obispo, doy gracias a Dios por este inmerecido llamado, alabo y bendigo al Señor por este don, pero a la vez sabiéndome de verdad frágil y pecador, ayúdenme a pedir perdón por tanto acogiéndome a la infinita misericordia del Buen Dios.

En estos cinco años en que voy recorriendo la extensa diócesis, he descubierto una vida admirable de Fe Cristiana, amor y sentido de familia, junto a una sólida adhesión a la Persona y propuesta de Jesús. A través de estas palabras, quiero expresar el respeto y hondo afecto que profeso por cada integrante de las fuerzas que componen nuestro Obispado, con quienes nos encontramos en la celebración de la titular de cada Fuerza, hoy en particular con los integrantes de Armada Argentina y Prefectura Naval Argentina.

Como argentinos, es cierto que estamos acostumbrados a navegar por mares y ríos tranquilos, pero a veces también embravecidos, lo cual requiere de una mayor pericia para llegar a buen puerto. Y como es lógico, surgen enseguida las palabras de los apóstoles a Jesús: ¿Señor no te importa que nos hundamos? Quizás por momentos pareciera que Jesús sigue dormido, sin embargo, a una sola palabra suya calmó la tempestad y nuevamente la exclamación: ¡quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?: Justamente este es DIOS.

Este es el sentido de la afirmación de San Juan Pablo II cuando con motivo del comienzo de un nuevo Milenio nos dejó como lema “Jesucristo, Ayer, Hoy, y Siempre”. Palabras que nos hablan de un seguimiento de la Persona de Cristo y de sus Enseñanzas, que trascienden las modas del pasado, del presente y del futuro. Nunca es tarde para que volvamos de corazón a Jesús. Por ello rezamos la oración de la Patria y decimos: “Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos”, y realmente lo necesitamos.

Una nueva y profunda concepción de nuestra condición cristiana nos ubicará en una sólida y segura roca en medio de la inestabilidad de los pareceres humanos, haciéndonos plenamente conscientes de haber recibido de Dios una vocación de servicio que se ejerce a través de los múltiples dones, talentos, capacidades, medios, destinos, en el amplio despliegue con que cada Fuerza dispone a lo largo y ancho de la Nación.

Quiero compartir con ustedes las palabras que San Juan Pablo II, en la mañana del 4 de abril de 1992, hace un poco más de 30 años, dijo ante mi predecesor Mons. Norberto Eugenio Martina con motivo de la bendición de esta imagen: «Recordando que entonces la Cruz de Cristo llegó a través de los mares, ahora os acompaña en esta travesía oceánica la imagen de la Virgen Stella Maris, que habéis traído a este encuentro para que sea bendecida por el Papa y que a su regreso presidirá, como Patrona, la Iglesia Catedral del Obispado Castrense de la querida Nación Argentina. Os entrego, pues, esta imagen que he bendecido con grande veneración, recordándoos que la Virgen María, a la que invocamos también como Estrella de la Evangelización, sigue acompañando siempre la obra salvífica de su Hijo. Que en la singladura de vuestra vida sea Ella la que os ayude a seguir fielmente a Cristo.»

Y como hemos escuchado en el Evangelio que conocemos como el de las Bodas de Caná, ella, con confianza y decisión dice a los sirvientes ante la falta del vino que podía, esa falta que podría opacar la fiesta, con dolor y vergüenza: “Hagan lo que EL les diga”, María vio la necesidad e intercedió. Podemos renovar cada uno de nosotros, los que estamos aquí y los que nos siguen por los medios, podemos renovar la certeza de la presencia de María en nuestras vidas, en nuestras Instituciones, en nuestra Patria, porque sabemos que nos faltan tantas cosas… y ella lo sabe también, ella está atenta e intercede ante su Hijo. En nuestra propia vida debemos saber ver y descubrir aquello que nos falta, pero a la vez debemos saber escuchar bien en nuestro corazón, con los oídos de la fe: “Hagan lo que Jesús les dice”. ¿Nos falta pasión por la Verdad?, hagamos lo que Jesús dice, ¿nos falta fraternidad?, ¿amor?, ¿justicia?, ¿mansedumbre y templanza?, ¿respeto al otro, al hermano, al prójimo? ¿a las cosas y o a la naturaleza?, ¿nos falta libertad frente a tantas adicciones?, hagamos lo que Jesús nos dice.

Con total confianza depositemos en manos de nuestra Patrona la Virgen Stella Maris la vida de nuestras queridas Armada, Prefectura Naval y Marina Mercante, todos sus nobles proyectos, deseos y emprendimientos. En sus manos depositamos también la vida de todos los hombres y mujeres que la integran, como así también de nuestras familias. A su cuidado encomendamos las almas de nuestros seres queridos difuntos, recordando hoy a 40 años, muy particularmente a los caídos en el conflicto de Malvinas que nos precedieron con el signo de la fe y duermen el sueño de la paz en la esperanza del reencuentro con ellos algún día junto a Dios, con la certeza que la Madre de Dios y nuestra también, seguirá siendo Estrella del Mar que nos marca el rumbo a seguir, concediéndonos en la vida y en la muerte la misericordiosa dulzura de la paz.-

+Santiago Olivera

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