Neuquén | Somos hijos pequeños de María, ponemos en sus manos nuestras tareas y familias con alegrías, luchas y dolores, así lo afirmaba el Capellán Castrense, Padre Daniel Cirrincione al concluir la Peregrinación Castrense de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad. Fue el último 3 de octubre, a media mañana, cuando los efectivos del Ejército Argentino y de Prefectura Naval Argentina partían desde sus unidades, en peregrinación rumbo a la Capilla Castrense, Jesús Misericordioso, cita en el Barrio Militar Bouquet Roldan en la ciudad capital neuquina.
Un centenar y medio de efectivos de ambas Fuerzas, acompañados por las autoridades del Ejército Argentino, Jefe del Br M VI, Coronel Mayor, Pablo Chort, Jefe del Batallón de Ingenieros VI el Coronel, Federico Wenderburg, Jefe de la Compañía de Comunicaciones, Mayor, Diego Parente, y de PNA (Prefectura Naval Argentina), estuvo presente, el Prefecto Mayor, Italo D`Amico. Nuestros hermanos, juntos, peregrinaron con su corazón comprometido en la fe, depositando todo su ser a los pies de nuestra Santa Patrona en comunión con la Peregrinación Castrense a Luján en Buenos Aires.
Al arribar a la Capilla, los efectivos rindieron honor a nuestra Madre de Luján, llevando un ramo de flores, uno por cada Fuerza, dejándolo a los pies de la Virgen, para luego unirse y participar de la Santa Misa. Celebró la Eucaristía, el Capellán Castrense, Padre Daniel Cirrincione, quien les manifestaba a los presentes, «somos hijos pequeños de María, ponemos en sus manos nuestras tareas y familias con alegrías y dolores. Y Ella, nos protege y bendice en nuestro camino de servicio a Dios y a los hermanos en nuestra querida Nación».-
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