Novena a Ntra. Sra. Stella Maris, Patrona de nuestra Iglesia Catedral, día 8

16 agosto, 2022

“Malvinas, 40 aniversario”

“En el Año Jubilar Diocesano, renovamos la experiencia de una Iglesia -puertas abiertas- que nos espera y recibe”

Novena “Ntra. Sra. de Stella Maris”

Patrona de nuestra Iglesia Catedral

DÍA 8:

+En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

PRESENTACIÓN: Contemplamos a María, la nueva Hija de Sión:

Los tres motivos de la invitación a la alegría -la presencia salvífica de Dios en medio de su pueblo, la venida del rey mesiánico y la fecundidad gratuita y superabundante- encuentran en María su plena realización y legitiman el rico significado que la tradición atribuye al saludo del ángel. Éste, invitándola a dar su asentimiento a la realización de la promesa mesiánica y anunciándole la altísima dignidad de Madre del Señor, no podía menos de exhortarla a la alegría. En efecto, como nos recuerda el Concilio: «Con ella, excelsa Hija de Sión, después de la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación. Es el momento en que el Hijo de Dios tomó de María la naturaleza humana para librar al hombre del pecado por medio de los misterios vividos en su carne» (Lumen gentium, 55).

Como hija de Sión, María es la Virgen de la alianza que Dios establece con la humanidad entera. Está claro el papel representativo de María en ese acontecimiento. Y es significativo que sea una mujer quien desempeñe esa misión.

En efecto, como nueva hija de Sión, María es particularmente idónea para entrar en la alianza esponsal con Dios. Ella puede ofrecer al Señor, más y mejor que cualquier miembro del pueblo elegido, un verdadero corazón de Esposa. (s. Juan Pablo II).

INVITACIÓN: Abrir las puertas a Jesús para aprender de Él.

Es muy reconfortante escuchar lo que nos dice la Carta a los Hebreos: Jesús no se avergüenza de llamarnos “hermanos” (Hb 2, 11).

Para esto se hizo uno de nosotros, para que pudiéramos compartir “la sangre y la carne” (Hb 2, 14). ¡Qué corta se queda nuestra inteligencia al pensar en esto! Diría más: ¡qué corto se queda nuestro corazón al contemplarlo! Dios nos creó por misericordia. Pecamos, y su misericordia no se terminó. Pecamos y, ¡oh, feliz culpa!, el Padre envió a su Hijo para que compartiera nuestra condición humana y para rescatarnos del pecado… en el que solos nos habíamos metido.

Jesús, nuestro hermano, nos enseña que “ser hermanos” es estar atentos al bien del otro, mirar al otro- no como un extraño- sino con la “identidad que compartimos: somos hermanos” Hermanos de Cristo, hermanos entre nosotros. Hijos del Padre en el Hijo, por el Espíritu Santo.

Rezamos juntos: Concédenos, Señor, vivir siempre como herma

PROPUESTA: nos dejamos ayudar por una de las “presencias” significativas de nuestra Catedral, las banderas de cada provincia de nuestro país. A la luz de lo que hemos contemplado:

Rezamos esta oración, significativa para nuestra Patria, con el anhelo de ser- cada vez- más entre nosotros:

. Oración por la Patria •

Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos.

Nos sentimos heridos y agobiados.

Precisamos tu alivio y fortaleza.

Queremos ser Nación, una Nación cuya identidad

sea la pasión por la verdad y el compromiso por el

bien común.

Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios

para amar a todos, sin excluir a nadie, privilegiando

a los pobres y perdonando a los que nos ofenden;

aborreciendo el odio y construyendo la paz.

Concédenos la sabiduría

del diálogo y la alegría de

la esperanza que no defrauda.

Tú nos convocas; aquí estamos Señor,

cercanos a María, que desde Lujan nos dice:

«Argentina, canta y camina.»

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.

MISIÓN: Compartir la oración de la Patria, con mis contactos, para rezarla juntos

ORACIÓN DIOCESANA– (Para estos tres días, rezaremos la oración de la Diócesis)

Bajo tu amparo, Madre Virgen de Luján,

hemos puesto el cuidado de nuestra querida diócesis

que peregrina en todo nuestro país y más allá de sus fronteras.

Te damos gracias porque tú eres Madre,

que dispensas tus muchas bondades y mercedes

a nuestro querido Ejército, nacido junto a nuestra Patria.

Eres Madre, esa estrella de los mares

que guía a la valiente muchachada de la Armada

y animas el denuedo y la fe de los Prefectos navales.

Eres Madre, y te elevas y acompañas,

lauretana, a nuestros aviadores soldados,

para asegurarles rutas de paz y amor.

Eres Madre, Virgen de Luján, y te preocupas de cuidar,

para que cada gendarme sea una persona de bien.

Eres Madre, la que vela por un buen viaje y custodia

a los que cuidan la seguridad de nuestros aeropuertos

y de nuestro pueblo. Porque eres Madre, Madre de todos,

testamento más preciado que nos dejó tu Hijo Jesús en la cruz.

Madre y Virgen de Luján, te pedimos también:

por nuestro Obispo Santiago,

por los sacerdotes capellanes y los diáconos,

por las consagradas y religiosas,

por los seminaristas,

por las familias que acompañan la misión

y esperan el regreso de los que están en tierra, aire y mar,

por los enfermos y por los privados de su libertad,

por los que han servido a nuestra Patria

y ya gozan de un merecido descanso.

Y, a los que ya han transitado su peregrinar,

recíbelos en el mejor Puerto para arribar: tu casa del

Cielo, donde un día también nosotros esperamos llegar.

Por tu Hijo Jesús, Nuestro Señor. Amén

(Anoto en un cuaderno personal lo que ha resonado en mi corazón de la oración de hoy)

+En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

“La Virgen María nos anima a vivir y compartir con gozo ser Familia Diocesana”

Abre el seminario diocesano castrense

Necesitamos tu ayuda para el sostenimiento de los seminaristas

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