Novena a la Virgen de Luján, Patrona de Nuestra Diócesis
PRESENTACIÓN
Estamos transitando, el Año que conmemora el 40 aniversario de la Guerra de Malvinas y los 65 años del origen de lo que sería – tiempo después-, nuestra Diócesis. Acontecimientos que tendremos muy presentes en nuestra NOVENA DIOCESANA, bajo la maternal mirada, cuidado y protección de la Virgen de Luján.
Sabemos que el TEIMPO DE NOVENA, es un tiempo especial, que redunda en GRACIAS especiales para la Comunidad que la celebra, en nuestro caso, toda nuestra FAMILIA DIOCESANA. Ayudados por los Medios de Comunicación, podremos sumarnos muchos.
Quienes se sumen, dependerá- en gran medida- de nuestro celo evangélico para invitar e incentivar la participación. Una de las riquezas de nuestra diócesis personal, es la extensa presencia en todo nuestro país y más allá de sus fronteras. Es una bellísima expresión de Comunión, sabernos celebrar juntos desde los diversos lugares en los cuales nos encontramos.
Hemos querido proponer, un signo para cada día. Cada signo irá armando el “Rincón de la Virgen”, que ornamentará un espacio que nos ayude a “visualizar” la petición y reflexión de cada día. El año pasado, vivimos la Novena con mucho gozo, ayudados por la buena disponibilidad de cada región, asumido por los capellanes y laicos.
Con renovada gratitud, nos disponemos a celebrar nuevamente, nuestra fe en la honra y veneración de la Madre de Jesús, Madre nuestra y Patrona de nuestra Diócesis: la muy querida Virgencita de Luján.
CUARTO DÍA: MARÍA, MADRE DE LAS FAMILIAS
+ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración preparatoria:
¡Oh María! Tú te quedaste en estas tierras desde 1630 y estuviste acompañando momentos importantes de nuestra historia. Te pedimos que cuides y protejas a las familias de nuestra Diócesis. Pide a tu Hijo Jesús- para cada una de ellas- la gracia que más precisen. Te lo pedimos con la filial confianza de saber que nos escuchas. Amén
SIGNO ESCUDOS O NOMBRES IMPRESOS DE CADA FUERZA
Al presentar (los emblemas de cada Fuerza o su nombre), queremos renovar a los pies de nuestra Madre Virgen de Luján, la confianza de sabernos cuidados por Ella
Al presentarnos ante el Cirio encendido – figura de su Hijo Jesús resucitado- sabemos que Él cuida de nosotros, de cada uno de los que formamos parte de esta gran FAMILIA DIOCESANA:
- De todos los fieles militares y civiles que pertenecen a alguna de las Fuerzas Armadas- Ejército, Armada y Fuerza Aérea- y Federales de Seguridad- Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria – y el personal de los Ministerios de quienes dependen.
- De todos los miembros de sus familias, es decir, esposos e hijos, incluidos aquellos que, emancipados, vivan en la misma casa; así como los empleados domésticos que asimismo vivan en la casa.
- Del ámbito de la Presidencia- al ser el Presidente de la Nación, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas-.
- De los que reciben o prestan servicios establemente en los institutos de formación y centros hospitalarios militares.
- De todos los fieles de uno y otro sexo, pertenecientes o no a algún instituto de vida consagrada, que ejercen un oficio permanente confiado por el obispo castrense.
- De los militares extranjeros presentes en el territorio nacional, que prestan servicios mientras dure el mismo.
Canto: “Somos un Nuevo Pueblo/ Iglesia Peregrina”
Lectura del día San Lucas 2, 1- 7
1 En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. 2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. 3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. 4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, 5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. 6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; 7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. Palabra del Señor
(Momento de Silencio)
Reflexiones para el Rosario
(Orientaciones para la evangelización de familias Militares y Policías- CELAM 2019)
- Para que la comunidad familiar comparta el don de la vida y la experiencia de crecer juntos, tiene que tener por centro a Jesucristo. Hay que invitarlo, por tanto, a que se quede como un miembro más de la familia, y crear momentos y espacios para compartir en torno a Jesús y, sobre todo, compartir a Jesús que es Palabra (Sagrada Escritura) y Pan (Eucaristía) de vida nueva.
- El matrimonio y la familia a la luz de la Buena Noticia de Jesús es siempre un camino por hacer y nada puede darse por hecho o por perdido “El matrimonio es un trabajo de todos los días, se puede decir que artesanal, un trabajo de orfebrería porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a la mujer, y la mujer tiene la tarea de hacer más hombre al marido. Crecer también en humanidad, como hombre y mujer” (Papa Francisco)
- La relación conyugal y familiar requiere educación progresiva de sus miembros, para que aporte felicidad y realización humana y cristiana. Por historia personal y por cultura podemos estar dañados y necesitamos recrearnos en función de hacer una vida feliz con otros, y no a pesar de los otros.
- La espiritualidad matrimonial es sobre todo una ¨espiritualidad de alianza¨, es decir, la que hace posible el don de sí mismo al cónyuge como signo de la asociación o desposorio de Dios con su pueblo (Antiguo Testamento) y de Cristo con la Iglesia (Nuevo Testamento), nunca para condenarla, sino para salvarla, no para juzgarla, sino para ¨misericordiarla¨ (ver EG, n 37)
- La espiritualidad familiar debe alimentar no solo las mediaciones de encuentro con Cristo, sino también las mediaciones de encuentro paterno, materno y fraternos entre sus miembros. Por eso, también es parte de la espiritualidad familiar inculcar la ternura y la misericordia; la capacidad de empatía; el deseo y la habilidad para comunicarse, el gusto por contar con el otro y trabajar juntos…
ORACIÓN DE LA DIÓCESIS
Bajo tu amparo, Madre Virgen de Luján,
hemos puesto el cuidado de nuestra
querida diócesis
que peregrina en todo nuestro país y
más allá de sus fronteras.
Te damos gracias porque tú
eres Madre,
que dispensas tus muchas bondades y
mercedes
a nuestro querido Ejército, nacido
junto a nuestra Patria.
Eres Madre, esa estrella de los mares
que guía a la valiente muchachada de
la Armada
y anima el denuedo y la fe de los
Prefectos navales.
Eres Madre, y te elevas y acompañas,
lauretana,
a nuestros aviadores soldados,
para asegurarles rutas de paz y amor.
Eres Madre, Virgen de Luján, y te
preocupas de cuidar,
para que cada gendarme sea una
persona de bien.
Eres Madre, la que vela por un buen
viaje y custodia
a los que cuidan la seguridad de
nuestros aeropuertos
y de nuestro pueblo.
Porque eres Madre, Madre de todos,
testamento más preciado que nos
dejó tu Hijo Jesús en la cruz.
Madre y Virgen de Luján, te pedimos
también:
por nuestro Obispo Santiago,
por los sacerdotes capellanes y los
diáconos,
por las consagradas y religiosas,
por los seminaristas,
por las familias que acompañan
la misión
y esperan el regreso de los que están
en tierra, aire y mar,
por los enfermos y por los privados
de su libertad,
por los que han servido a nuestra
Patria y ya gozan de un merecido descanso.
Y, a los que ya han transitado su
peregrinar,
recíbelos en el mejor Puerto para
arribar: tu casa del Cielo,
donde un día también nosotros
esperamos llegar.
Por tu Hijo Jesús, Nuestro Señor.
Amén
+En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Accediendo al Canal de YouTube de la Diócesis Castrense, del 30 de abril al 9 de mayo, desde las 18:30 horas, podrá participar de las celebraciones.
Acceso directo: Transmisión
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