Novena en honor a Santo Tomás Moro, segundo día

14 junio, 2021
Novena en honor a Santo Tomás Moro

Patrono de los Abogados y del Personal de Justicia de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Federales de Seguridad

+ En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Invocamos la presencia del Espíritu Santo:

         “Ven Espíritu Santo en nuestra ayuda, no sabemos las palabras que deben salir de nuestros labios y los ruidos no se disipan de nuestro corazón. Si tu vienes en nuestra ayuda, nuestras palabras serán el fruto de tu silencio en nuestro corazón” Amén

(Breve silencio de recogimiento. Puedo repetir varias veces la oración al Espíritu)

Escuchamos de Santo Tomás:

En el discurso de Benedicto XVI en Westminster Hall leemos: «Quisiera recordar la figura de Santo Tomás Moro, el gran erudito inglés y hombre de Estado, quien es admirado por creyentes y no creyentes por la integridad con la que fue fiel a su conciencia, incluso a costa de contrariar al soberano de quien era un “buen servidor”, pues eligió servir primero a Dios».

Leemos en el Evangelio                                                         San Mateo 16,13-20

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.» Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.              Palabra del Señor


(Breve silencio de recogimiento. Puedo repetir alguna expresión del Evangelio)

Reflexión:

Es necesario volver a dar toda su importancia al hecho de haber recibido el santo bautismo, es decir, de haber sido injertado, mediante tal sacramento, en el Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia.

Y esto especialmente en la valoración consciente que el bautizado debe hacer de su elevación, más aún, de su regeneración a la felicísima realidad de hijo adoptivo de Dios, a la dignidad de hermano de Cristo; a la suerte, queremos decir, a la gracia y al gozo de la inhabitación del Espíritu Santo, a la vocación de una vida nueva, que nada ha perdido de humano, salvo la desgracia del pecado original, y que es capaz de dar las mejores manifestaciones y probar los más ricos y puros frutos de todo los que es humano.

El ser cristiano, el haber recibido el santo bautismo, no debe ser considerado como cosa indiferente o sin valor, sino que debe marcar profunda y dichosamente la conciencia de todo bautizado; debe ser, en verdad, considerado por él —como lo fue por los cristianos antiguos— una iluminación que, haciendo caer sobre él el rayo vivificante de la verdad divina, le abre el cielo, le esclarece la vida terrena, le capacita a caminar como hijo de la luz hacia la visión de Dios, fuente de eterna felicidad.                                                                                    (Pablo VI- Ecclesia  Suam. 18)

Petición del día[1]:

Santo Tomás Moro, poderoso defensor de la verdad, inspira e infunde integridad en todos los hijos de la Iglesia.

Ayuda a nuestro Papa Francisco, nuestro  obispo Santiago, Capellanes  y diáconos y a todos los religiosos y religiosas, a las familias, los niños y jóvenes junto a los ancianos; para que busquen (busquemos)  la santidad que tú deseas para nuestras vidas.

Que encarnemos la Palabra de Dios.

Que ofrezcan- los consagrados-  alegremente sus vidas de servicio al Evangelio, al Cuerpo de Cristo, a la Iglesia.

Que todos los  fieles, sostenidos en las promesas  de Dios, vivamos en la caridad hacia todos nuestros hermanos.

Por tu poderosa intercesión

Que seamos  fuertes para dar su testimonio de vivir el Evangelio de Jesús, nuestro Señor.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Propósito de este día:

Renovaré las promesas del Bautismo

Oración Final:

Señor y Padre nuestro,

por los méritos de tu Hijo Jesucristo,

úngenos con tu Santo Espíritu

para que sepamos ser fieles

a los valores de la vida cristiana,

a ejemplo de Santo Tomás Moro,

que enfrentó la muerte con arrojo y valentía

en defensa de los principios de la fe.

Danos la gracia de imitarlo,

guardando coherencia en nuestra vida

con las enseñanzas del evangelio

y ejercitando nuestra profesión,

con sencillez y modestia,

al servicio de los hombres.

Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

Amén.

+ En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


[1] Tomado de http://favorescelestiales.blogspot.com/2009/06/novena-de-santo-tomas-moro.html

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