San Juan de Capistrano, no solo sus palabras eran convincentes, sino sus gestos, actitudes, siendo llamado el Padre Piadoso, el Santo Predicador, así lo referenció el Rector de la Catedral Castrense, Stella Maris y Capellán Castrense, Padre Diego Pereyra. Invitado a participar del ciclo de Centinelas de la Paz, el podcast del Obispado Castrense de Argentina, el Padre Pereyra nos habló del Santo Patrono de los Capellanes Castrense.
Es de destacar que el Padre Pereya junto al Padre Daniel Diaz son responsables de la Pastoral Vocacional Castrense, acompañando a nuestros Seminaristas Castrense de Argentina. Luego de hablar de los orígenes del Santo, el Padre Diego nos contó que fue un alumno ejemplar, abogado, juez y gobernador de Perugia, Italia.
Profundizando en la historia, el Padre Diego nos cuenta, que, durante una guerra, el santo cae prisionero, descubre que el dinero, los honores, títulos, su vanidad y orgullo que el reconocía en su corazón de nada valían y que era mejor dedicarse a conseguir la santidad y la salvación. Eso lo podía lograr en una comunidad de religiosos, y así decide ingresar a la comunidad de Franciscanos, donde a los 33 años es ordenado sacerdote y por 40 años recorre toda Europa predicando con enormes frutos espirituales.
Dice, el Padre Diego Pereyra, hablando de San Juan de Capistrano, “la fuerza de su predicación no estaba tanto en sus palabras como en su figura, puesto que los Santos Sacerdotes, tienen a Cristo como centro de sus vidas”. Pero, qué quiere decir su figura, “no solo las palabras eran convincentes en San Juan de Capistrano sino sus gestos, actitudes, sus miradas.
Tal especial era su accionar, que la gente lo llamaba, el Padre Piadoso, el Santo Predicador, y su rostro tenía un semblante luminoso y unos ojos brillantes que parecían traspasar el alma. Conmoviendo a los más indiferentes, esa era la fuerza que tenía la predicación de San Juan de Capistrano, esa era la centralidad de Jesús en su vida”.
Pero, cuál fue el motivo por el cual, el Papa San Juan Pablo II lo nombraba Santo Patrono de los Capellanes. Así lo describe, el Padre Diego, “fue cuando el año 1453 cuando los turcos musulmanes se habían apoderado de Constantinopla y ante el deseo de ellos de querer acabar con el cristianismo se dirigen hacía Hungría.
Es así como el Santo se traslada hasta allí, predicando y alentando a la gente que se aliste al Ejército para defender a la Santa Religión, donde debió alentar a los soldados para la contienda.
Es así, como toma una bandera con una Cruz, diciendo, Jesús, Jesús, Jesús, para que no tengan temor de ir al combate, sabiendo que el Señor era quien los acompañaba, afirmando, “Creyentes valientes, todos a defender nuestra Santa Religión”. Y fue así, que, por la Gracia de Dios, por la predicación de este Santo Sacerdote, por la intercesión de la Santísima Virgen esa Batalla fue ganada”.
Profundizando, el Padre Pereyra nos narra, “cuenta la historia que no se usó una sola arma materiales, sus únicas armas eran, la oración, la penitencia y la fuerza irresistible de su predicación. San Juan de Capistrano también comprendió algo que es propio del carisma castrense, que es la disponibilidad de dar la vida, incluso literalmente, la vida material, tal como lo hace nuestra feligresía”.
Así, nos revela el Padre Diego, destacando de San Juan de Capistrano, “él había ofrecido su vida a Dios con tal de ganar esa batalla, y que la fe cristiana siga estando en todo el territorio europeo y en todo el mundo. Dios aceptó ese ofrecimiento, pues tras la finalización de la guerra, contrae la enfermedad de tifus, falleciendo 23 octubre de 1456, el 10 de febrero de 1984 San Juan Pablo II lo declara Patrono de todos los Capellanes Militares”.-
Te invitamos a escuchar, el podcast del Obispado Castrense de Argentina, en esta oportunidad, el Padre Diego Pereyra nos habla sobre el Patrono de los Capellanes Militares, San Juan de Capistrano.
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