SINGAPUR | Los jóvenes deben tener el valor de construir, de avanzar y de salir de las «zonas de confort», así lo señalaba el Santo Padre Francisco al dirigir su mensaje en el Encuentro Interreligioso con Jóvenes. Celebrado en el Catholic Junior College donde el Papa Francisco escuchó algunos testimonios de jóvenes y luego brindó un discurso improvisado marcando así su última actividad oficial en Singapur, cerrando el 45° viaje Apostólico.
Antes de este encuentro Papa visitó el Hogar Santa Teresa, se trata de un centro asistencial y hospitalario de 90 años de antigüedad. El hogar se encuentra situado en las afueras de la ciudad, allí, pudo saludar al personal y a los huéspedes, entre ellos, el arzobispo emérito de Singapur, Nicholas Chia Yeo Joo.
En el encuentro con los jóvenes, el Santo Padre dijo, “la juventud es valiente y a la juventud le gusta ir hacia la verdad. Hacer camino, hacer creatividad. Y la juventud debe tener cuidado de no caer en lo que has dicho, los «críticos de salón», palabras, palabras, palabras…. Un joven debe ser crítico. Un joven que no critica no es bueno”.
Seguidamente preguntó a todos los jóvenes: “¿eres crítico? ¿Tenéis el valor de criticar y también el valor de dejar que los demás os critiquen? Porque si criticas, el otro te critica. Este es el diálogo sincero entre los jóvenes. Los jóvenes deben tener el valor de construir, de avanzar y de salir de las «zonas de confort». Un joven que siempre elige pasar su vida de manera ‘cómoda’ ¡es un joven que engorda! Pero no engorda su barriga, ¡engorda su mente!”
Más adelante, el Pontífice señalaba, “una de las cosas que más me ha impresionado de ustedes, los jóvenes, de los que estáis aquí, es la capacidad de diálogo interreligioso. Y esto es muy importante, porque si empezáis a discutir: ‘Mi religión es más importante que la tuya…’, ‘La mía es la verdadera, la tuya no es verdadera…’. ¿A dónde lleva esto? ¿A dónde, que alguien responda, a dónde? [alguien responde: «A la destrucción»]. Es así. Todas las religiones son un camino hacia Dios. Son -hago una comparación- como diferentes idiomas, diferentes modismos, para llegar allí. Pero Dios es Dios para todos”.
Cerrando, decía, “(…) la juventud es la edad del coraje, pero puedes tener este coraje para hacer cosas que no te ayudarán. En cambio, puedes tener valor para avanzar y para el diálogo. Les deseo a todos los jóvenes que avancéis con esperanza y que no retrocedáis. ¡Corran riesgos! Si no, ¡os crecerá la barriga! Que Dios los bendiga y rezad por mí, yo lo hago por vosotros”.
A continuación, compartimos en forma completa el mensaje de Su Santidad Francisco:
VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD FRANCISCO
A INDONESIA, PAPÚA NUEVA GUINEA
TIMOR-LESTE, SINGAPUR
(2-13 de septiembre de 2024)
ENCUENTRO INTERRELIGIOSO CON LOS JÓVENES
DISCURSO DEL SANTO PADRE
«Catholic Junior College» (Singapur)
Viernes, 13 de septiembre de 2024
Muchas gracias. Gracias por sus palabras.
Tres palabras que ha dicho me han impresionado: «críticos de salón», «zona de confort» y «tecnología» como un deber para usarla y también un riesgo para usarla. Este es el discurso que tenía preparado pero ahora vamos [espontáneamente].
La juventud es valiente y a la juventud le gusta ir hacia la verdad. Hacer camino, hacer creatividad. Y la juventud debe tener cuidado de no caer en lo que has dicho, los «críticos de salón», palabras, palabras, palabras…. Un joven debe ser crítico. Un joven que no critica no es bueno. Pero debe ser constructivo en su crítica, porque hay una crítica destructiva, que hace mucha crítica pero no hace un camino nuevo. Pregunto a todos los jóvenes, a cada uno: ¿eres crítico? ¿Tenéis el valor de criticar y también el valor de dejar que los demás os critiquen? Porque si criticas, el otro te critica. Este es el diálogo sincero entre los jóvenes.
Los jóvenes deben tener el valor de construir, de avanzar y de salir de las «zonas de confort». Un joven que siempre elige pasar su vida de manera ‘cómoda’ ¡es un joven que engorda! Pero no engorda su barriga, ¡engorda su mente! Por eso les digo a los jóvenes: «¡Arriesgaos, salid! No tengáis miedo!». El miedo es una actitud dictatorial que te paraliza, te da parálisis. Es verdad que los jóvenes se equivocan, muchas veces, y estaría bien que cada uno de nosotros, cada uno de vosotros, jóvenes, pensara: ¿cuántas veces me he equivocado? Me he equivocado porque he empezado a caminar y me he equivocado por el camino. Y esto es normal, lo importante es darse cuenta de que uno se ha equivocado. Hago una pregunta, a ver quién me contesta de vosotros. ¿Qué es peor? ¿Cometer un error porque doy un paseo o no cometerlo porque me quedo encerrado? Todos, ¡lo segundo! ¡Un joven que no se arriesga, que tiene miedo de equivocarse es un viejo! ¿Entendido? Has hablado de los medios de comunicación, hoy hay tantas capacidades, tantas posibilidades de utilizar los medios de comunicación, el teléfono móvil, la televisión. Le pregunto: ¿es bueno utilizar los medios de comunicación o no es bueno? Pensemos: un joven que no utiliza los medios de comunicación, ¿cómo es ese joven? Cerrado. Un joven que vive totalmente esclavizado a los medios, ¿cómo es? Es un joven perdido. Todos los jóvenes debemos utilizar los medios de comunicación, pero utilizar los medios de comunicación para que nos ayuden a avanzar, no para que nos esclavicen. ¿Entendido? ¿Estás de acuerdo o en desacuerdo?
Una de las cosas que más me ha impresionado de vosotros, los jóvenes, de los que estáis aquí, es la capacidad de diálogo interreligioso. Y esto es muy importante, porque si empezáis a discutir: ‘Mi religión es más importante que la tuya…’, ‘La mía es la verdadera, la tuya no es verdadera…’. ¿A dónde lleva esto? ¿A dónde, que alguien responda, a dónde? [alguien responde: «A la destrucción»]. Es así. Todas las religiones son un camino hacia Dios. Son -hago una comparación- como diferentes idiomas, diferentes modismos, para llegar allí. Pero Dios es Dios para todos. Y porque Dios es Dios para todos, todos somos hijos de Dios. «¡Pero mi Dios es más importante que el tuyo!» ¿Es eso cierto? Sólo hay un Dios, y nosotros, nuestras religiones son lenguas, caminos hacia Dios. Algunos sijs, algunos musulmanes, algunos hindúes, algunos cristianos, pero son caminos diferentes. ¿Entendido? Pero el diálogo interreligioso entre los jóvenes requiere coraje. Porque la juventud es la edad del coraje, pero puedes tener este coraje para hacer cosas que no te ayudarán. En cambio, puedes tener valor para avanzar y para el diálogo.
Una cosa que ayuda mucho es el respeto, el diálogo. Te diré una cosa. No sé si ocurre aquí, en esta ciudad, pero en otras ciudades sí. Entre los jóvenes hay una cosa muy fea: el bullying. Les pregunto: ¿quién es el más valiente o la más valiente para decirme lo que piensa sobre el bullying? [responden algunos jóvenes] Me gustó, cada uno dio una definición con un aspecto diferente del bullying. Pero siempre, ya sea acoso verbal o físico, siempre es agresión. Siempre. Y piensa, en las escuelas o en los grupos de jóvenes o de niños, el acoso se hace con los que son más débiles. Por ejemplo, con un niño o una niña discapacitados. ¡Y vimos aquí este hermoso baile con niños discapacitados! Cada uno tiene sus propias capacidades y discapacidades. ¿Todos tenemos capacidades? [respuesta: «¡Sí!»] ¿Y todos tenemos discapacidades? [respuesta: «¡Sí!»] ¿Incluso el Papa? Sí, ¡todos! Y así como tenemos nuestras discapacidades, debemos respetar las discapacidades de los demás. ¿Estáis de acuerdo? Y esto es importante; ¿por qué lo digo? Porque superar estas cosas ayuda en lo que ustedes hacen, el diálogo interreligioso. Porque el diálogo interreligioso se construye con el respeto a los demás. Y esto es muy importante.
¿Alguna pregunta? ¿No? Quiero daros las gracias y repetir lo que nos dijo Raaj: hacer todo lo posible para mantener una actitud valiente y promover un espacio donde los jóvenes puedan entrar y dialogar. Porque vuestro diálogo es un diálogo que genera un camino, que marca el camino. Y si dialogáis como jóvenes, dialogaréis también como adultos, como ciudadanos, como políticos. Y me gustaría deciros algo sobre la historia: todas las dictaduras de la historia, lo primero que hacen es cortar el diálogo.
Les agradezco estas preguntas y me alegro de conocer a los jóvenes, de conocer a esta gente valiente, casi «sin vergüenza», ¡son buenos! Les deseo a todos los jóvenes que avancéis con esperanza y que no retrocedáis. ¡Corran riesgos! Si no, ¡os crecerá la barriga! Que Dios los bendiga y rezad por mí, yo lo hago por vosotros.
Y ahora, en silencio, recemos unos por otros. En silencio.
Que Dios nos bendiga a todos. Y cuando pase algún tiempo y ya no seáis jóvenes, seáis mayores y seáis también abuelos, enseñad todas estas cosas a los niños. Que Dios os bendiga y rezad por mí, ¡no lo olvidéis! Pero rezad por mí, no contra mí.
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