Novena a San Juan de Capistrano
+ En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo y danos a gustar este tiempo de oración, danos silencio y serenidad para saber que este tiempo es para rezar, solo rezar. Rezar para amar más y servir mejor. Amén
Tercer día
Intención del día:
Pedimos, en este día, por los sacerdotes capellanes en nuestra Armada Argentina:
Los que están, actualmente.
Los que han pasado por ahí.
Los que han fallecidos
Texto de la Palabra: Lc. 9, 1- 2
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos. Palabra del Señor
(Silencio)
Eco del Evangelio en la vida de San Juan:
Su presencia de predicador era impresionante. Después de predicar se iba a visitar enfermos, y con sus oraciones y su bendición sacerdotal obtenía innumerables curaciones.
Durante 40 años predicó de ciudad en ciudad y de nación en nación, con enormes frutos espirituales. Luego de ese tiempo – a la edad de 70 años- lo llamó Dios a colaborar en la predicación para la liberación de los católicos en Hungría.
Actualizando su ejemplo: Mons. Santiago Olivera
Me gusta señalar que San Juan de Capistrano se entregó en cuerpo y alma a la reforma espiritual del pueblo cristiano por medio de la predicación popular, pero, predicando el Evangelio más con su figura que con su palabra. Porque los santos sacerdotes tienen a Cristo como centro de sus vidas, tienen claro que son hombres para los demás y toda su vida predica y hace presente al mismo Jesús, aceptando que es Jesús quien guía y conduce en el propio proyecto desprendido totalmente de sí mismo.
San Juan de Capistrano es un excelente ejemplo y modelo para imitar, trabajó por la verdad y la unidad, entregó su vida sin retaceos por esto.
Rezamos un misterio del Rosario junto a la jaculatoria: “Manda Padre, muchos y santos obreros a Tu mies. Conserva y santifica a los que estamos”
Oración final:
Señor, que hiciste de San Juan de Capistrano, un celoso predicador misionero, te pedimos nos concedas ese mismo celo por anunciar con alegría la belleza del Evangelio a cada hombre y mujer de este tiempo, y asiste la misión de los sacerdotes. Por Cristo, nuestro Señor. Amén
+ En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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