Tierra del Fuego | La Virgen vuelve, siempre envuelta en celeste y blanco, como musitándonos suave y sugestivamente: “Argentina, levántate y camina”, así lo describía el Comandante Gral. (R) Abel Omar Percarra, al tratar de hilvanar las palabras más dulces en su encuentro con Ntra. Sra. de Luján, la imagen Peregrina de la Paz. Desde su arribo a la provincia de fueguina que se producía en los últimos días del mes de diciembre del 2019 cuando cruzaba el Estrecho de Magallanes junto al Capellán Castrense, Padre Fabián Gili, Abel Omar, como tantos hermanos se sumaba al recibimiento y acompañamiento de nuestra Madre.
La imagen, gracias a las tareas gestionadas por nuestro Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera arribada al país, el año pasado, en el mes de noviembre. Desde aquel 4 de noviembre, Ntra. Sra. de Luján, ha recorrido apenas una pequeña fracción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), algunas ciudades del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) y la ciudad de Luján, para luego partir rumbo a la Patagonia.
Iniciando su viaje en sur por la provincia de Neuquén, cuando llegaba con el Padre Vicente Martínez Torrens (Capellán Voluntario en la Guerra de Malvinas), desde donde recorrió, no solo todo el territorio neuquino, también hacía lo propio, en las provincias de, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Su presencia, es simplemente conmovedora, así lo señalaba Abel Omar, “la sensación de quienes vivieron en estos lares en oportunidad de los hechos históricos de Malvinas, el ver llegarla a nuestra provincia, es que se cumplía un ciclo, un retorno de la Madre su tierra, en tal sentido, no puedo pensar que este acontecimiento es un hecho meramente casual”.
Para este hermano, el tiempo de la visita no es por mera casualidad, esto lo reflejo en gran parte de su reportaje, decía el Comandante Gral. (R) Percarra, “nuestra Madre llegó, justo cuando nuestra Patria atraviesa momentos de zozobra, ella vuelve, siempre envuelta en celeste y blanco, como musitándonos suave y sugestivamente: “Argentina, levántate y camina”. Continuando, nos describía el punto exacto de su arribo, “ingresó a través del Paso Internacional San Sebastián, en el extremo norte de la Isla de Tierra del Fuego, luego de un largo periplo por distintos terrenos de nuestra Patagonia y territorio chileno”.
En su paso por la tierra fueguina, Ntra. Sra. de Luján fue recibida y acompañada por nuestros Capellanes Castrense, quienes fueron cambiando en distintas partes del recorrido su custodia a la Madre. Abel Omar Percarra , nos decía, “a María, le brindaron la bienvenida autoridades locales y acompañada por su feligresía, fue recibida en cada Unidad y Subunidad del despliegue de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales, al pasar por la Ciudad de Rio Grande y Tohuin (corazón de la isla, en idioma del pueblo Ona)”.
Además, destacaba, “en cada lugar en el que permaneció, por escaso tiempo ciertamente, dada la extensión y ajuste del itinerario previsto en su itinerario, se rezaron oraciones, se celebró Santa Misa y finalmente hizo su arribo al extremo sur de nuestro país. Alcanzando, el punto extremo más austral de América, allí, al filo de las montañas y al borde mismo del continente, junto al Canal de Beagle”.
Es de destacar, decía Abel Omar, “que, en su avance por el territorio, Ntra. Sra. de Luján, visitó la casa de los marinos, prefectos, policías y gendarmes desplegados en el extremo sur, donde el viento, ciertamente arrecia, pero también trae Bendiciones, aquellas que prodiga Dios, a través de la naturaleza de las cosas”. Pero la Peregrina de la Paz no redujo su viaje a las ciudades, así lo destacaba el Comandante Gral. (R) Percarra, “luego de pasar por numerosas dependencias oficiales, se dirigió hasta el punto donde terminan las conexiones terrestres, al final de la ruta nacional 3, en el extremo máximo, pasando por el último bastión de Gendarmería Nacional, el Grupo La Pataia”. Es justo recordar, que pataia, es el nombre recibe el árbol típico de la zona, cuyo significado en lengua Yagan es, “buena madera”.
Allí, en ese rincón de la Patria, nos cuenta Abel Omar, “se celebró una sentida y fraternal Misa, frente a la naturaleza en pleno, al aire libre, donde la brisa fría e iracunda parecía recordar los días críticos que debieron sortear nuestros héroes en las “tierras irredentas” de Malvinas”. Luego de esa presencia en el grupo de la Fuerza Federal de Seguridad, el resto de las Fuerzas convocaban a María a sus regiones, Abel, lo describía así, “nadie quiso quedar afuera de esta apoteótica visita y los navegantes marinos e intrépidos hombres de mar, también quisieron llevar a Nuestra Madre, hasta las aguas del Canal de Beagle”.
Avanzando, nos contaba, “Ntra. Sra. de Luján, acompañada por las Fuerzas Armadas, Fuerzas Federales de Seguridad, autoridades políticas locales, policiales y numerosos feligreses, incluidos ocasionales turistas quienes en su visita a la provincia de diversos y distantes lugares del mundo se encontraron con la Madre. Así navegó las gélidas y ondulantes aguas del Canal, quedándonos con una firme sensación y convicción, que el suave y grácil roce de su mando bendijo las almas de nuestros marinos caídos en acción, cuando recordamos a nuestros héroes caídos en el Mar Argentino”.
En horas, arribará al puerto de la Ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, el ARA Alte. Irízar, donde también navega el Capellán Castrense, Padre Luis Scrinzi, la gran noticia es, que gracias a las gestiones efectuadas por Mons. Olivera, nuestra Madre abordará la nave. A tal efecto, el Capellán, del Área Naval Austral Padre, Pablo Caballero Karanik, hará entrega en custodia a nuestra Madre de Luján al Capellán Castrense, Padre Luis Scrinzi con quien navegará a la Antártida Argentina visitando nuestras Bases.
Antes de la partida de Ntra. Sra. de Luján, quisimos saber, qué es, lo que percibió Abel Percara con la presencia de María en el territorio fueguino, “el sentimiento, general, es que hemos sido visitados por Nuestra Madre, regando Bendiciones, quizás y justamente cuando más nos hacía falta, porque la Providencia no tiene tiempos ni lugar, escapa a las leyes del universo, simplemente porque se engendró fuera de cualquier condicionamiento humano. Por esa misma razón, a pesar de todos nuestras debilidades, males y preocupaciones, mientras sostengamos nuestra Fe, la pongamos al servicio de la verdad, mientras abriguemos la Esperanza en un futuro mejor y sostengamos la Caridad, como pilar insustituibles de una sociedad más justa y equitativa, podremos decir, Madre Santa, Madre del Dios Vivo, cúbrenos con tu manto”.-
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